miércoles, 31 de agosto de 2011

Medicamentos genéricos fabricados en India.

 (Este artículo sigue y complementa al anterior: "Medicamentos genéricos y principios activos: consideraciones médicas y políticas")

   Estos días he estado leyendo sobre el tema, y creo que puede resultar interesante lo que he encontrado. El año 1970 el gobierno Indio decidió empezar a fabricar medicamentos patentados, alegando causas humanitarias y de soberanía, argumentando que los precios tan caros de los nuevos medicamentos impedían el tratamiento de muchos pacientes indios y de otros países. Yo lo apruebo, y pienso que, más o menos, todos consideramos aceptable ese razonamiento. (Aunque también se contra-argumenta diciendo que la ley de patentes nos protege como pacientes, ya que sin el beneficio que obtienen de sus 10 años de monopolio los laboratorios dejarían de considerar la investigación de fármacos nuevos un negocio rentable y dejarían de investigar). En cualquier caso hay que regular esas cuestiones con leyes justas, y exigir después que todos las cumplan: esa es la esencia del estado de derecho. (También pagamos los peajes de las autopistas durante el periodo de concesión, y nos parece caro: pero si no fuera así, no se hubieran construido esas autopistas por empresas privadas). Con el tiempo y tras algunos pleitos, India se moderó y aceptó el sistema de patentes internacionales para los medicamentos innovadores. Pero su industria del medicamento, principal productora de genéricos del mundo, pasó de ayudar al tercer mundo a invadir el mercado europeo, con intereses puramente crematísticos.
   Los laboratorios de genéricos venden medicamentos baratos aprovechando que no tienen que gastar en investigar ni en probar ni en promocionar esos fármacos, cuya licencia ha caducado. Pero los laboratorios indios juegan con una ventaja: el bajo precio de la mano de obra. Las condiciones laborales y los salarios que cobran allí los trabajadores difieren mucho de los que se permiten aquí: suponen una competencia desleal e injusta con respecto a las fábricas de medicamentos instaladas en España o en la Unión Europea. Además es conocido que India es el país del mundo con más niños trabajando (ver aquí).
La legislación española de medicamentos genéricos especifica que las empresas que los vendan tienen que ser Europeas. Pero con el sistema de las multinacionales, las grandes compañas indias compran laboratorios españoles y a través de ellos introducen en nuestro país los genéricos que fabrican allí. Si indagamos un poco en la lista de los Laboratorios que forman la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (ver dossier), nos encontramos que Accord Healthcare pertenece al laboratorio indio Intas; Actavis es una multinacional originada en Islandia, pero que fábrica sus genéricos en India (donde cuenta con más de 600 empleados); Cantabria Pharma, pese a su nombre, fue fundada en 2006 como filial por la multinacional Wanbury, con sede en India, donde están sus plantas de producción; Fresenius es alemana, pero compró Dabur Pharma, de Nueva Delhi, y fabrica los genéricos en sus 2 fábricas radicadas en India; Hospira, originada en Estados Unidos, adquirió en 2009 Orchids Pharma, fabricante india; el Laboratorio Combix pertenece al Grupo Zydus Cadila, con sede central en Ahmadabad, India;  Mylan Pharmaceuticals tiene su origen en EUA, pero fabrica en los Laboratorios Matrix situados en Hyderabad, India; Pharmagenus es del grupo barcelonés Uriach, que se integró en 2008 en Watson-Arrow, multinacional India; Ranbaxy es una empresa India fundada en 1961 y que tiene casi 9000 empleados; Sandoz es la rama de genéricos de Novartis, empresa suiza que ya tiene en India 3 fábricas de genéricos, con más de mil empleados; Sun Pharmaceutical es una empresa India...
   No sólo en la India se fabrican nuestros genéricos: Germed Farmacéutica fabrica en Brasil (está integrada en EMS, la principal productora de genéricos de ese país sudamericano); Cinfa es española, pero ha montado una gran planta de fabricación de genéricos en Brasil; Mabo-Farma pertenece a una Compañía japonesa (Tedec-Meiji), con factoría de genéricos en Indonesia; Kern-Pharma, del grupo Suizo Indukern, tiene fábricas en Bulgaria, Korea y México; Ratiopharm y Teva son empresas Israelíes; Stada es alemana, pero tiene centros de producción de genéricos en China y en Vietnam... Sólo parecen ser básicamente españolas la citada Cinfa, y Normon, Alter, y Tarbis (del grupo Ferrer). Agradeceré corrección de algún dato que pueda ser incorrecto, si lo hay: pero puedo atribuirlo al ocultismo de esos laboratorios, que en sus Webs no dejan nada claro dónde tienen sus fábricas de genéricos, ni su dependencia de otros países... También me ha sorprendido ver que en los envases de medicamentos genéricos no figura el sitio donde han sido fabricados.
   Me temo que con esta competencia desleal desde la India y desde otros países, los laboratorios españoles y europeos cada vez van a fabricar menos medicamentos. Ya se han perdido puestos de trabajo (ver ejemplo), y se seguirán perdiendo.
   No soy economista, pero pienso que hace falta enderezar esta tendencia: se podría estudiar implantar una tasa o impuesto de importación que gravara los medicamentos fabricados en factorías extracomunitarias donde las condiciones de trabajo no son las mismas que en Europa. Y la misma tasa se debería aplicar a todos los demás productos importados que impliquen sobrecoste en Europa por  manufactura. Por ilustrar el problema: a un empresario con una factoría de conservas en Galicia le compensa en la actualidad despedir a sus trabajadores, cerrar la factoría y trasladarla a Marruecos o a otro país donde consigue mano de obra mucho más barata. El empresario gana más dinero, Marruecos gana más riqueza y puestos de trabajo, pero España se empobrece y sólo gana más parados, aunque el consumidor pague lo mismo por el producto, y piense que no ha pasado nada. Esta es la realidad.
   Igual que nos resistimos éticamente a comprar muebles hechos con madera de bosques tropicales talados sin medidas de control, nos podríamos resistir a comprar productos fabricados con explotación de trabajadores del tercer mundo.
   Y recuerdo al lector despistado que apoyo y defiendo la generalización del uso de genéricos, con las salvedades para casos puntuales que ya he comentado en mi anterior Post de este Blog (ver aquí); pero también defiendo que se fabriquen en España o en Europa, y que se cree una Fábrica Nacional (Pública) de Genéricos, que todos los médicos recetaríamos con sumo agrado, contribuyendo a una mayor eficiencia del sistema.

domingo, 28 de agosto de 2011

Medicamentos genéricos y principios activos: consideraciones médicas y políticas.



Pedro Larrauri, Médico desde 1982.
    Algunos Laboratorios investigan los efectos de nuevas moléculas, y cuando tras unos rigurosos ensayos clínicos descubren que un nuevo medicamento puede ser eficaz y aportar beneficios a la salud, lo presentan al Ministerio de Sanidad que, si lo aprueba, fija también su precio. Unos años más tarde (diez ó más según los casos) termina la exclusividad de la patente de la molécula, y se conceden licencias a varios Laboratorios para que comercialicen los llamados genéricos, medicamentos que mantienen el mismo principio activo que el fármaco original. La condición para aprobarlos es que la biodisponibilidad del genérico no difiera más de un 20% con respecto al medicamento de marca u original. La biodisponibilidad se comprueba administrando a voluntarios sanos dosis del medicamento original y de los medicamentos genéricos, y midiendo los niveles alcanzados por el principio activo en la sangre. Supongamos que con el original obtenemos una medida de 100: todos los que consigan un resultado entre 80 y 120 pueden ser aprobados como genéricos, que se comercializan con precios reducidos.
    Cuando los médicos recetamos un genérico, con frecuencia tenemos que convencer al pacientes de que, en principio, no tiene por qué haber ninguna diferencia. Pero hay un porcentaje de casos (quizá entre un 5 y un 10 %) en los que, al tomar genéricos, no se consigue el mismo efecto terapéutico o se producen reacciones adversas. Esto puede deberse a variaciones en la absorción (estos pacientes ya no son voluntarios sanos, y algunos están polimedicados), a efectos de los excipientes, o a otros motivos. Un genérico no puede ser exactamente igual que el original, y varía la forma, color, sabor...; siempre se emplean excipientes diferentes. Algunos de esos excipientes (conservantes, apelmazantes, colorantes, saborizantes, azúcares, látex, gluten, almidón, lactosa...) pueden provocar efectos secundarios, reacciones alérgicas, o interacciones con otros medicamentos. Muchos pacientes me han relatado, especialmente esta temporada, esas reacciones de intolerancia a los genéricos: ardor o pesadez gástrica, náuseas, urticaria, diarrea, cefalea, picor de garganta, insomnio... además de disminución del efecto terapéutico. La madre de mi enfermera adelgazó 10 kilos en 3 meses: creían que tenía cáncer, y la sometieron a múltiples pruebas, pero "se curó" al dejar de tomar el genérico para el colesterol que le habían dado. Otra paciente de mi Hospital tuvo muchas complicaciones al descontrolarse su diabetes por tomar el genérico del Dianben (que ha vuelto a tomar aunque ahora se lo tiene que pagar). Una familia me contaba que atribuían el empeoramiento y la muerte de su madre al cambio a los genéricos, que la desestabilizó: y pienso que es muy probable que sea verdad.
    Los medicamentos genéricos no son ni mejores ni peores que los originales. Recuerdo un enfermo al que un genérico (Diclofenaco EFG) le iba muy bien, y un buen día le dieron el mismo principio activo, pero de la marca original (Voltarén), que le sentó fatal. Es innegable que, aunque tengan como componente principal el mismo principio activo, originales y genéricos son medicamentos diferentes. La equivalencia terapéutica no se ha demostrado, e incluso en algunos grupos terapéuticos no se han autorizado genéricos (sintrom, antiepilépticos... ver ejemplo), y en otros se han publicado estudios que demuestran diferencias estadísticas en los resultados (como en diuréticos y en bloqueadores de los canales del calcio: ver aquí). No se puede seguir mintiendo diciendo que todos los medicamentos con el mismo principio activo producen siempre el mismo efecto. Hay trabajos que aconsejan monitorizar a los pacientes los primeros meses tras el cambio a genéricos (leer aquí).
    Todos los médicos defendemos que se ahorre si se mantiene la misma eficacia. Pero cuando constatamos algún problema o intolerancia al empezar a tomar un genérico, debemos cambiar el tratamiento y probar con otro genérico, o bien volver al medicamento original (al que definitivamente volveremos si el segundo genérico tampoco va bien). Sin embargo, los responsables de la sanidad pública gallega nos impiden desde enero a los médicos gallegos practicar esa buena praxis, pues no subvencionan medicamentos originales cuando hay genéricos. Nos queda la opción de decir al paciente que se pague de su bolsillo lo que tomaba y que le iba bien. Algunos gallegos tienen ahora un gasto extra. Hasta los turistas que vengan aquí podrán sufrir esa discriminación. Me consta que algunos enfermos que no toleran genéricos han dejado de tomar el tratamiento (no les llega el dinero para comprarlo), lo que prueba que esta medida del gobierno perjudica más a las clases sociales más desfavorecidas. Se han publicado quejas furibundas contra la Conselleira de Sanidade (leer aquí) para la que el ahorro en medicamentos parecer estar por encima de la calidad asistencial, de la justicia, de la verdad y de la ética médica. También los representantes de los médicos gallegos han denunciado el problema: leer aquí.
    Ni siquiera se le da la opción al paciente de pagar la diferencia sobre lo subvencionado. Y tampoco se ha permitido a los Laboratorios que bajen los precios de los medicamentos originales, lo que seguramente habrían hecho si la medida se hubiera aplicado sin prisa, negociando, y en todo el Estado. Es interesante considerar que la gran mayoría de Genéricos que se venden en España son fabricados en la India (primer productor del mundo de Genéricos), donde la mano de obra barata (o explotación laboral), facilita fabricar a precios muy reducidos. No se puede competir en costes de producción, y ya casi no compensa fabricar medicamentos en España, donde en este campo se están destruyendo puestos de trabajo.Y además esos Laboratorios, Multinacionales Indias y de otros países (Brasil, Israel...), sólo persiguen sus beneficios y no invierten en investigación de nuevos fármacos. El 20% de la investigación que se realiza en España tenía hasta ahora relación con la industria farmacéutica innovadora.
    La legislación que se empezó a aplicar en Galicia desde enero parece a primera vista ilegal: porque no es competencia de las Comunidades modificar el único catálogo español de medicamentos subvencionados. El PP ha actuado con prepotencia e incongruencia, despreciando la doctrina que consagra la igualdad de todos los españoles. Hasta los Socialistas, que con el caso del Estatut catalán demostraron su falta de respeto al Tribunal Constitucional y a la cohesión de España, han tenido que recurrir ante ese Tribunal el discriminatorio y pernicioso Decreto del gobierno gallego. El Servicio Galego de Saúde (Sergas) reaccionó con unas declaraciones impresentables, mintiendo cínicamente al decir que el catálogo gallego no excluía ningún medicamento (leer aquí). De momento la Xunta lo sigue aplicando (leer), presionando además a los médicos gallegos, condicionando su salario a que no receten algunos medicamentos, aunque sean los más adecuados (leer aquí).
    Y para colmo, ahora nos viene un Gobierno Socialista en estatus terminal imponiendo a toda prisa un Decreto Ley que obliga a los médicos de toda España a prescribir por principios activos (leer), exigiendo a las Farmacias que den al paciente el medicamento más barato. Hay que reconocer que esta ley al menos no discrimina a los gallegos: pero nos perjudica todavía más, a los gallegos y a todos los demás españoles.
    Desde el punto de vista médico, la medida es nefasta. Al menos prescribiendo un genérico concreto se podía mantener siempre el mismo efecto terapéutico. Pero si cada vez que vas a una farmacia te dan una caja de pastillas diferente (las más baratas, porque un laboratorio ha bajado los precios, o porque son las que tienen en ese momento), por mucho que el principio activo sea el mismo, habrá constantes variaciones en los excipientes y en la biodisponibilidad. Recordemos que ésta puede oscilar entre 80 y 120: un paciente que toma un tratamiento que alcanza 80 unidades, al mes siguiente puede recibir otro que llega a 120... los problemas aumentarán. Variarán los efectos terapéuticos y habrá más reacciones a los excipientes. Y se multiplicarán los frecuentes errores de autoadministración de medicamentos, que ocurren sobre todo en ancianos, que muchas veces sólo reconocen las pastillas por las cajas y los colores. Es importante recordar que dentro de la UE esta medida (prescripción por principios activos) sólo se aplica en Rumanía.
    Todos queremos ahorrar en sanidad y, si es posible, sin reducir las prestaciones. Pero que no nos engañen diciendo que con estas medidas no se pierde calidad asistencial. ¿Se imaginan que nuestros preclaros gobernantes decidieran que, para ahorrar, todo el material de quirófano va a ser el más barato para todo el mundo, y que si algún paciente es alérgico al látex, o no se opera o se paga de su bolsillo el costoso material especial que precisa? Pues algo similar ya se está perpetrando.
    Sobre los genéricos, pienso que se debe fomentar y generalizar su uso, pero manteniendo la subvención de medicamentos originales en casos concretos de mala respuesta. También habría que mejorara las condiciones laborales de los facultativos, invertir en formación y controlar la calidad de su trabajo: que seamos el País donde los pacientes toman más medicamentos (leer aquí) está en relación con el poco tiempo que cada médico tiene para atenderles mínimamenrte bien.
    En otro orden de cosas, por el bien de nuestra economía nacional, debería revisarse la legislación sobre genéricos, y deberían gravarse con una tasa las importaciones de productos manufacturados desde otros países extracomunitarios, por la injusta competencia que suponen. Y me permito proponer la idea de crear un gran Laboratorio Estatal para fabricar los genéricos: se ahorraría mucho dinero que ahora se va al extranjero, y se podrían recolocar en esa Empresa Pública funcionarios que sobran en diversas administraciones.
   Escribo a continuación otro artículo titulado: "Medicamentos genéricos fabricados en India" (Ir) sobre el aspecto concreto de la fabricación de los genéricos en los países asiáticos y en otros.
    Para terminar, muchos estamos convencidos de que la medida que más ahorraría sin reducir prestaciones y aumentando la cohesión y la equidad, sería reunificar los 17 sistemas actuales de salud (uno por Autonomía), devolviendo las competencias de sanidad al Estado, como UPyD propone.
La Asistencia Domiciliaria de Enfermería mejoraría la salud y evitaría el despilfarro actual. En la foto, un botiquín casero de una familia normal, con más de 300 euros en medicamentos desperdiciados.

Para saber más: un buen trabajo sobre los Genéricos, de la Agencia Española del Medicamento,
del Ministerio de Sanidad: pinchar aquí para leer (pdf)


martes, 16 de agosto de 2011

A la JEC sobre las papeletas de voto.

He hecho llegar a la JEC (Junta Electoral Central) la siguiente propuesta:
Para evitar que cada vez que haya elecciones se tengan que hacer millones de papeletas de voto que suponen gasto y trabajo (impresión y distribución), y la gran mayoría de ellas acaban en la basura, propongo que en la entrada de cada Colegio Electoral se instale un ordenador con una impresora (o varios, y si se quiere alguno dentro de la cabina): al llegar al Colegio, el votante elegiría en el ordenador el partido político o la candidatura a la que quiere votar, pulsaría el botón correspondiente (o la pantalla táctil), e inmediatamente le saldría impresa la papeleta de voto oficial correspondiente a su elección. Una vez comprobado que la impresión ha sido correcta, el ciudadano introduciría esa papeleta en el sobre y se dirigiría a depositarlo en la urna.
Se podría probar este sistema en las próximas Elecciones Generales previstas para el 20 de noviembre, al menos en algunos Colegios, y si se quiere dando la opción de seguir el sistema tradicional cogiendo una papeleta ya impresa, de los montones disponibles en las mesas y en las cabinas del Colegio Electoral. Hay que tener en cuenta que muchos ciudadanos ya vienen de su casa con el sobre conteniendo la papeleta impresa de su elección, que envían algunos partidos políticos.
Lo que está ocurriendo hasta ahora puede considerarse un despilfarro escandaloso: de cada candidatura que se presenta a las elecciones deben llevarse a cada Mesa  Electoral un número de papeletas igual o superior al número de votantes inscritos en esa mesa, para cubrir la eventualidad de que todos los votantes eligieran a una candidatura concreta. Pero en la práctica la gran mayoría de la papeletas se tiran a la basura.
En Vigo, por ejemplo, con un censo electoral de 246.000 votantes, en las pasadas elecciones municipales se distribuyeron por los Colegios unas 300.000 papeletas de cada una de las 13 listas presentadas (realmente son más papeletas, porque se mandan de sobra, y si en un Colegio hay 700 censados, se mandan paquetes de 1000 papeletas de cada partido): podemos calcular que se imprimieron y distribuyeron por los Colegios Electorales 3.900.000 papeletas (300.000 X13), pero el número total de papeletas usadas en Vigo (votos realizados) fueron sólo 148.500. Por lo tanto, sólo en nuestra ciudad se tiraron a la basura más de tres millones setecientas cincuenta mil papeletas.
Pienso que todos podemos esperar que la Junta Electoral Central y los políticos responsables sean sensibles e impulsen a la mayor brevedad las medidas necesarias para evitar este despilfarro, mejorando la eficiencia de nuestro sistema democrático sin disminuir la seguridad ni la confidencialidad del acto de votar.
Adjunto en el Blog unas cuantas fotografías de la jornada electoral del pasado 22 de mayo en Vigo, que ilustran lo que podríamos llamar "el escándalo de las papeletas".
Eligiendo papeletas en el Colegio Electoral (Valladares, Vigo)

Hay 13 montones de pepeletas, una por cada candidatura.

En las cabinas también hay papeletas.

Al finalizar la jornada electoral: cajas casi llenas con las papeletas que sobraron (El Castro, Vigo).
Las cajas son distribuidas por camiones y furgonetas por toda la geografía española: otro gasto evitable.

Acta de una mesa Electoral de Vigo (Zamáns).
A algunos partidos no les votó nadie, a otros una o dos personas: pero había mil papeletas de cada candidatura..

Al día siguiente (lunes 23 de mayo) descubrimos el destino final de la mayoría de las papeletas.
Aquí, junto a la puerta del Colegio Fleming, en Vigo.

Las papeletas sobrantes no caben ni en los contedores de basura.
Este desagradable despilfarro se repite por toda España.




domingo, 7 de agosto de 2011

Por una educación sin adoctrinamiento. (Petición a la Xunta de Galicia).

Todos los gallegos sabemos que nuestro Estatuto establece de manera clara e indudable que en nuestra Autonomía hay dos lenguas oficiales, el gallego y el castellano. ¿Todos? Si usted pensaba que esa afirmación es cierta, tras leer este escrito se dará cuenta de su error. Y verá que tenemos un problema.
Si preguntamos a los niños que estudian en los colegios de nuestra Comunidad nos responderán lo que han aprendido en sus libros, que suele coincidir con lo que les enseñan sus profesores. Y muchos nos dirán que el idioma oficial de Galicia es el gallego.

El libro citado, citando 2  artículos de nuestro Estatuto.
Este escrito viene acompañado por la fotografía de la página 57 del libro de texto de la Editorial Vicens Vives, de 5º curso de la asignatura Coñecemento do Medio (que como saben ha de ser impartida obligatoriamente en gallego), aprobado por la Xunta y que utilizan muchos escolares gallegos de 10 años. En el capítulo donde se estudia a Galicia como Comunidad Autónoma los autores del libro han puesto un recuadro que destaca algunos artículos fundamentales de nuestro Estatuto, y que termina con el artículo 5º, donde puede leerse: "A lingua propia de Galicia é o galego". No se menciona en el recuadro, ni en ningún otro sitio del libro, que el artículo 5º continúa diciendo que el castellano es también lengua oficial, que se debe garantizar el uso normal y oficial de los dos idiomas, y que nadie podrá será discriminado por causa de la lengua.
A los niños se les enseña una verdad a medias, lo que resulta ser un tipo de mentira. No es sólo un problema de falta de formación: es una deformación que manipula la realidad.
Después uno indaga y encuentra concordante con ese enfoque sesgado las llamadas campañas de normalización y dinamización lingüística, llevadas a cabo por grupos de profesores, como las obras de teatro subvencionadas por la Xunta que se han representado por cientos de colegios, en las que se enseña a los niños que los gallegos que hablan castellano son unos traidores a su pueblo ("Comedia bífida"); o la organización de fiestas de exaltación del idioma gallego (Correlingua) (Crítica a Correlingua) en las que se inculcan ideas discriminatorias a los niños, haciéndoles corear consignas como "Na Galiza só en galego", o "Eu nunca serei yo" (ver), rodeados a veces de banderas nacionalistas.
Correlingua con banderas del BNG
En la sociedad democrática en la que queremos vivir, donde el respeto a todas las opciones legales es un valor, parece sensato pensar y defender que la educación debería ser aséptica desde el punto de vista de ideas religiosas o políticas, salvo en Centros concertados o privados que especifiquen ciertos idearios, conocidos y aceptados por los padres. Por ello es necesario rectificar la realidad educativa gallega y española, y pienso que los profesores que se dedican a formar a nuestros hijos deberían hacer un compromiso de neutralidad e imparcialidad en esos campos; y el Gobierno debería controlarles y garantizar que se respeta la voluntad de los padres, impidiendo cualquier tipo de falsedad y adoctrinamiento.
La triste realidad es que muchos profesores en algunas Comunidades de España tienen como objetivo prioritario influir con sus ideas nacionalistas en sus alumnos, menores de edad, para hacerles adictos a su causa. Muchos de ellos tergiversan la historia y la realidad según sus ideologías, e impregnan sus enseñanzas de animadversión a todo lo que tenga que ver con España, empezando por el idioma común de todos los españoles. Lo que pasa en Euskadi con ETA y con Bildu es un claro ejemplo de a donde puede llegar el fanatismo nacionalista, que para mi tiene mucho que ver con una educación en la que se inculcan sentimientos victimistas, revanchistas y separatistas. El que el sindicato mayoritario de enseñanza en Galicia (CIG-Ensino) diga en sus estatutos (art.4º) que defienden el gallego como el único idioma oficial de Galiza (sic), y se definan como parte del movimiento nacionalista, es muy significativo.
Los profesores que quieren que Galicia llegue a ser una nación independiente o que no ven aceptable que los gallegos hablemos castellano, que tengan hijos y que les eduquen en ese sentido; o que ofrezcan sus servicios a las familias que deseen lo mismo. Acepto que alguien puedan pensar que eso es lo mejor para Galicia, o para la salvación de sus almas en caso del adoctrinamiento religioso, y que crean que es su obligación actuar así y comer el coco a sus alumnos: pero tendrían que aceptar que otros muchos gallegos no pensamos igual, y que consideramos que lo mejor para Galicia no va en la misma línea. Aunque por no aceptar su "pensamiento único" nos consideren malos gallegos y con frecuencia no nos respeten.
¿Qué haríamos si a nuestros hijos les inculcaran, contra nuestra voluntad, que sólo teniendo Fe y cumpliendo los mandatos de la Iglesia Católica podrían ser buenas personas y evitar ir al infierno? El que los ciudadanos exijamos que se deje de manipular a nuestros hijos (con ideas religiosas o nacionalistas) no puede considerarse un ataque contra la Iglesia ni contra Galicia; es una defensa del valor más alto que tenemos: la libertad. Los que son engañados no son libres para elegir. Aunque probablemente algunos defenderán lo contrario, y querrán que se siga engañando a niños y adultos con mentiras y verdades a medias.
En consecuencia, solicito a la Xunta de Galicia que revise la información sesgada que se ofrece a nuestros hijos durante su periodo educativo, como la expuesta en el libro que se menciona, que debe ser retirado de la circulación.
He enviado copia de este escrito a la Consellería de Educación de la Xunta de Galicia, y al Valedor do Pobo. Y animo a padres y a asociaciones a controlar y frenar los abusos que se están cometiendo: por una educación de calidad, sin falsedades interesadas, respetuosa con la diversidad y en la que sólo se apliquen criterios pedagógicos; por el bien de nuestros hijos, de todos los gallegos, y de todos los españoles.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Menos indignados... y más afiliados!

La sociedad española tiene graves problemas. Podemos decir que está enferma. Pero de poco nos vale un médico que hace un diagnóstico, confirmando al paciente lo mal que está la situación, si no es capaz de aplicar ninguna medida para recuperar la salud.
Yo ya estaba indignado antes de que naciera el movimiento 15M (a cuya manifestación fundacional acudí: LEER POST). La gran mayoría de los españoles también estamos preocupados, hartos e indignados. No nos sentimos representados por los políticos que nos gobiernan y compartimos el diagnóstico de los "Indignados". Pero son como el médico que sólo hace el diagnóstico. Hace falta dar otro paso y empezar a aplicar el tratamiento.
UPyD es una gran oportunidad para que ciudadanos como tú y como yo podamos dejar de quejarnos y hacer algo positivo por mejorar nuestra sociedad. Porque para cambiar las cosas, para arreglar la democracia en la que queremos vivir, hay que entrar en política.
Hacían falta nuevas ideas, nuevos políticos y ciudadanos comprometidos: y aquí estamos.
En casi 4 años de vida UPyD ya ha demostrado que somos diferentes a los demás partidos. Las ideas del movimiento Democracia Real Ya están reflejadas en los principios políticos de UPyD. En el Parlamento español hemos pedido la reforma de la Ley Electoral; cambiar la ley para lograr la independencia real de la justicia; terminar con los privilegios de los políticos; transparencia en la financiación de los partidos políticos (y UPyD da ejemplo al hacer públicas sus cuentas: VER LAS CUENTAS DE UPyD). UPyD ha planteado políticas responsables que evitarían los recortes a funcionarios y pensionistas; ha declarado "la guerra" al terrorismo y también a los políticos imputados; ha propuesto una ley contra la corrupción y por la transparencia; ha votado en contra de la Ley Sinde... (Podéis ver en vídeo cómo Rosa Díez ha hecho estas propuestas en el Parlamento en los enlaces que aparecen en el siguiente Post: VER ARTÍCULO CON LOS VÍDEOS).
UPyD defiende la unidad nacional sin fisuras y acabar con los privilegios de algunos territorios; asegurar la separación de poderes; la despolitización de las cajas de ahorros y de los gestores y funcionarios; una seguridad social fuerte y ecuánime, con un reparto justo de las riquezas creadas por el mundo del trabajo; y una sanidad pública de calidad sin que haya diferencias entre ciudadanos por razón de su residencia. UPyD abandera la lucha por el derecho a usar el idioma español y a no ser discriminado por ello en todo el territorio nacional (como pasa en nuestra Comunidad por imposición del gobierno del PP, especialmente en la enseñanza y también en la atención a los ciudadanos por parte de la administración, que es mayoritariamente monolingüe en gallego). UPyD ha hecho un estudio que demuestra el enorme ahorro que supondría acabar con Diputaciones y entidades administrativas duplicada o innecesarias; ha defendido la urgente reforma de la educación con devolución de las competencias al estado; plantea modificar la ley para elegir directamente a Alcaldes y Presidentes, y propone listas abiertas o preferenciales. UPyD promueve medidas de control a los políticos, de transparencia y participación ciudadana, y de austeridad como elemento fundamental del buen gobierno (y ha dado ejemplo de austeridad en las instituciones en cuanto ha tenido la oportunidad: LOS 5 CONCEJALES DE UPyD RENUNCIAN AL COCHE OFICIAL).
UPyD, en su corto tiempo de existencia, se ha convertido ya en el cuarto partido nacional, con cerca de medio millón de votantes. Y UPyD se compromete a dar cuenta de sus compromisos: tratar de tener leyes justas que sean respetadas y cumplidas por todos, sirviendo al interés general y no al particular ni partidario, rechazando y combatiendo cualquier abuso y corrupción.
Cuando un barco escora y empieza a hundirse, en vez de gritar y criticar al capitán y a la tripulación, todos los que van en el barco deberían participar trabajando en tapar las vías de agua y en achicar, cada uno según sus posibilidades. Como dijo J. F. Kennedy: "No pienses en lo que mi país puede hacer por mí, sino en lo que yo puedo hacer por mi país". No basta con indignarse: ante el abuso de los políticos de poco sirve gritar y manifestarse. Como enseña el refrán chino: "Más vale encender una cerilla que maldecir la oscuridad".
Para poder llevar a cabo esta esperanzadora tarea de regeneración democrática, UPyD necesita medios económicos y humanos.
No esperamos ayuda de los poderes económicos, a los que la crisis parece no afectarles, porque mantienen su alianza simbiótica con los políticos, con perjuicio para los ciudadanos. Tampoco la prensa y los medios de comunicación, que se mantienen con subvenciones de partidos y de instituciones públicas (a cambio de informar sólo lo que ellos quieren) están a nuestro favor.
La fuerza de UPyD está en sus afiliados, y en sus simpatizantes y colaboradores. UPyD se financia con las cuotas que pagamos: cuando uno se afilia, se compromete a abonar la cuota correspondiente (20 € al mes, 7 € para parados y estudiantes), y a colaborar activamente en las actividades del partido, principalmente en las campañas electorales, con arreglo a las circunstancias personales y a las posibilidades de cada uno.
Tu también puedes unirte a la Fuerza de este Partido, que somos las personas que lo componemos. No te quedes sólo en la indignación. Afiliate: PINCHA AQUÍ PARA AFILIARTE U OBTENER INFORMACION SOBRE COMO HACERLO.
Somos la alternativa necesaria, la cuarta fuerza: y arreglaremos el problema político y social que tenemos con la unión y la colaboración de todos aquellos que comparten nuestros ideales. Te esperamos. Toda la sociedad te espera: gracias en su nombre y en el mío.