miércoles, 17 de octubre de 2012

Los genéricos, Feijóo y la austeridad.

Este artículo ha sido publicado hoy en Faro de Vigo: ver.
Lo que Feijóo nos hizo a los gallegos con los medicamentos genéricos no se puede olvidar: no sería justo. Como médico que atendía a pacientes del Sergas fui testigo de los problemas ocasionados por aquella decisión política: muchos enfermos sufrieron efectos secundarios (incluso graves (ver ejemplo)); otros tuvieron que empezar a pagar los fármacos que llevaban años tomando; algunos dejaron de tomar sus tratamientos porque no tenían dinero y no toleraban los genéricos... El presidente de la Xunta estuvo presumiendo de ahorrar 300.000 euros al día en medicamentos (ver). Su único objetivo, según parece, era reducir gastos; y decidió hacerlo a cualquier precio: recortando prestaciones. Pero lo que Feijóo hizo fue especialmente grave porque su Decreto dejó a miles de enfermos de Galicia sin muchos medicamentos mientras que los demás ciudadanos españoles seguían teniendo subvencionados todos sus tratamientos habituales.
La Xunta sabía que no tenía competencias para hacer lo que hizo, porque modificar el catálogo de medicamentos corresponde al Ministerio de Sanidad, y es algo que debe aplicarse por igual en todo el Estado. A Feijóo le dio igual y se empeñó en promulgar y mantener su Decreto. La Conselleira de Sanidade, la Dra. Farjas, hizo unas declaraciones (que podrían aceptarse en un político pero no en una médico) afirmando que la Xunta no había retirado ningún medicamento, engañando a la población al confundir medicamento con principio activo (ver). El Gobierno central recurrió el Decreto gallego ante el Tribunal Constitucional (ver), pero poco después decidió aplicar en todo el Estado unas medidas más moderadas de prescripción de genéricos, facilitando a los laboratorios que redujeran los precios de los medicamentos de marca, igualándolos a los de los genéricos. El nuevo Decreto Ley que entró en vigor en otoño del año pasado empezó a aplicarse en toda España: así se minimizaron los problemas, y sobre todo se dejó de discriminar a los ciudadanos gallegos.
Es muy fácil conseguir la austeridad bajando sueldos de funcionarios, subiendo impuestos, recortando en sanidad, en dependencia, en educación, en becas de comedores, en políticas de empleo... Pero Feijóo no ha buscado la austeridad en los gastos políticos ni en las obras faraónicas, y no ha querido reducir asesores, gastos de propaganda, chiringuitos, fundaciones, diputaciones, micromunicipios y otras entidades inútiles, corruptas y ruinosas. A todos esos menesteres ha debido dedicar Feijóo los 100 millones que dijo que se había ahorrado en medicamentos, y no a sanidad, pues su partida presupuestaria ha disminuido un 12%, y la situación sanitaria es ahora peor que hace 3 años (a pesar de los datos falsos y manipulados que publica la Xunta) (ver).
UPyD es el único partido nacional que quiere que las competencias de Sanidad vuelvan a pasar de las autonomías al gobierno central, y que los derechos y prestaciones sean iguales para todos los españoles. Y también defendemos que se lleve a cabo con urgencia una reforma de la insostenible estructura del Estado. Pero de esas medidas de racionalización y austeridad, que conseguirían un gran ahorro (que evitaría recortar en sanidad y en otras áreas sensibles) los políticos de los grandes partidos no quieren ni oír hablar.
Feijoo y Farjas, un peligro para la salud de los gallegos.

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