miércoles, 8 de mayo de 2013

Ante la huelga en educación: razones para rechazar la LOMCE.

Mañana está convocada una huelga general en toda la enseñanza para rechazar la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), que aún está en trámites Parlamentarios (aunque es posible que se apruebe pronto).
Algunos profesores han dado a los alumnos notas para los padres donde nos dicen que su valoración de la LOMCE es “totalmente negativa”: esa generalización me resulta poco razonable y nada razonada, porque supongo que el Proyecto tendrá cosas buenas y malas. Pienso que el rechazo a la LOMCE está cayendo en muchos casos en el gregarismo y en el sectarismo: muchas personas rechazan la Ley sin saber realmente lo que dice, únicamente por provenir del PP.
Sin ser un experto en leyes educativas y sabiendo que el asunto es mucho más complejo (e importante) de lo que se piensa, he encontrado algunos argumentos para apoyar el rechazo a la LOMCE:
La LOMCE relega la Historia de la Filosofía a un lugar residual y elimina la asignatura de Ética. Dificulta que de la escuela salgan ciudadanos bien formados, racionales, críticos, autónomos. También reduce el contacto de muchos alumnos con la enseñanza del arte, la cultura clásica, la música y la tecnología.
La LOMCE impone un sistema poco flexible, que por ejemplo obliga a niños de 14 años a tomar decisiones que condicionarán su futuro, cerrando puertas a otras opciones. La LOMCE busca formar especialistas profesionales y técnicos, no ciudadanos sino herramientas para el mercado; renuncia a la cultura y a la formación integral. (Eso ya ocurre con la actual Ley).
La LOMCE permite mayor control de los centros educativos y de sus Directores y gestores por parte de los políticos de las Consejerías de Educación. No garantiza una enseñanza libre de influencias políticas o religiosas, o de la imposición de determinados modelos de identidad, supuestamente culturales o lingüísticos pero normalmente nacionalistas: los profesores afiliados a sindicatos políticos podrán seguir ejerciendo la enseñanza y manipulando a los menores de edad.
La LOMCE no cumple compromisos electorales del PP, como el bachillerato de tres años (probablemente para no perjudicar a la escuela concertada).
La LOMCE no resuelve el problema del bilingüismo en las Comunidades con dos lenguas oficiales, implantando soluciones ridículas (como que la Comunidad tenga que pagar un colegio privado a las familias que quieran educación vehiculada en la lengua común del Estado), lo que demuestra que el PP no tiene lo que hay que tener para defender la libertad lingüística e impedir que en las Comunidades con fuerte presión linguo-nacionalista sigan empeñadas en reducir el uso del castellano en la enseñanza y en discriminar a quienes tienen esa lengua como materna y habitual.
La LOMCE convierte la religión en asignatura evaluable, y coloca los valores y las creencias de la confesión católica al mismo nivel que los valores que cohesionan a la ciudadanía en su conjunto, en torno a la Ley y a Principios éticos universalmente compartidos (como la Declaración Universal de los DDHH): los niños que sólo estudien Catolicismo tendrán un sesgo y una carencia en su formación de esos valores sociales y éticos, lo que implica una discriminación. Sobre esta y otras cuestiones, UPyD (que defiende la EpC, Educación para la Ciudadanía) ha presentado una batería de preguntas al Ministro.
Oponerse a la LOMCE no es apoyar la Ley vigente. Nuestro sistema de enseñanza no funciona bien, y hace mucha falta una reforma educativa: pero es necesario que esa reforma sea estable a largo plazo y que haya consenso en torno a ella, y no es el caso.
Como crítica final al PP, repito el grito que ya he coreado en algunas manifestaciones: “la mejor inversión es la educación”. Los recortes deben hacerse en cosas innecesarias y superfluas, no en lo esencial: pero el PP sigue empeñado en mantener el lastre de una estructura Estatal y Autonómica elefantiásica y politizada, en propio beneficio (del Bipartidismo hegemónico) y en perjuicio de la educación y de toda la sociedad.
UPyD ha defendido siempre que la Educación vuelva a ser competencia del Estado (¿acaso alguien defiende que cada provincia tenga sus competencias educativas propias?), lo que redundará en mejora de la calidad, de la eficiencia, de la igualdad y la equidad de todos los españoles. Es algo necesario, y estoy seguro de que algún día lo veremos hecho realidad: y podremos disfrutar de una Ley de Educación Estatal consensuada (que se aplique en todas la CCAA, porque la LOMCE está condenada a sufrir continuos boicots en algunas de esas Comunidades), y llamada a perdurar y a arreglar el grave problema educativo que tenemos en España.

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