viernes, 24 de mayo de 2013

Luchando en UPyD en defensa del gallego.

Vigueses de hace 2 siglos.
Estela funeraria, Museo de Vigo.
Soy gallego, y los ignorantes que lo niegan desconocen nuestro Estatuto (art.3,1); y aunque no haya nacido en esta maravillosa tierra se podría decir que al elegir vivir aquí tengo más mérito que los que han nacido aquí: pues nacer en un sitio no supone ningún mérito personal. Llevo más de 30 años trabajando como médico en Galicia, atendiendo, consultando y operando a miles de gallegos, procurando poner todas mis capacidades al servicio de su salud y bienestar. Por eso puedo afirmar que he luchado y lucho en defensa del gallego: del gallego con el significado que tiene esa palabra de ciudadano que vive en Galicia. Todos los gallegos trabajamos luchando por los demás gallegos, contribuyendo de una manera u otra (cada uno según sus propias circunstancias y capacidades) a que Galicia funcione, a que progrese como comunidad, facilitándonos la vida y la felicidad personal a todos los gallegos.
Además de mis aportaciones a la sociedad como Médico traumatólogo y como profesor de la Universidad de Vigo (y dejando aparte mi particular dedicación como padre de familia), hace tres años me impliqué en un partido político, Unión Progreso y Democracia, desde donde también quiero contribuir a cambiar y mejorar muchas cosas que han hecho y que hacen los actuales políticos que nos gobiernan y que no me gustan. No sólo estoy indignado como muchos; no sólo protesto como tantos otros; sino que también quiero cambiar a esos políticos por otros para poder salir de la crisis, y entiendo que desde fuera del sistema político no se puede cambiar todo eso que funciona mal; y creo que las ideas de regeneración de la democracia y de transparencia que abandera UPyD pueden contribuir a lograrlo.
Los que nos atacan diciendo que en UPyD estamos en contra del gallego están equivocados o mienten para desprestigiarnos. Los gallegos que estamos afiliados a UPyD, y los más de 21.000 votantes que han hecho que nuestro joven partido sea la primera fuerza extraparlamentaria de la Comunidad, no somos menos gallegos que los demás ni amamos a Galicia menos que nadie. Por supuesto que estamos a favor de la promoción de la cultura y de la lengua gallega como patrimonio de nuestra comunidad; pero no queremos que ningún valor cultural, ligado o no a la opción política nacionalista, le sea impuesto a ningún gallego desde el poder o desde los grupos de presión que manipulan a la opinión pública. En nuestra Comunidad hay dos lenguas oficiales y no se puede discriminar a nadie por la lengua que use o quiera usar; e igual que no aceptamos que nadie nos diga que para ser un buen español se tiene que hablar en español, tampoco aceptamos lo que desde muchas instancias se nos dice en nuestra tierra: que para ser buen gallego hay que hablar siempre en gallego. En UPyD defendemos que cada gallego hable en la lengua que prefiera; que cada familia gallega pueda elegir la lengua oficial que quiera para que sus hijos reciban la enseñanza (estudiando y aprendiendo también la otra lengua); y que las Administraciones autonómica y local dejen de discriminar a los gallegos que quieren ser atendidos en castellano (como actualmente ocurre en muchos sitios, donde la información y los documentos se ofrecen sólo en gallego). Defendemos también, como ya hacía Castelao (y como defiende la UNESCO y todos los pedagogos independientes), que los niños reciban la primera enseñanza en su lengua materna y habitual, pues lo contrario puede ocasionar serios perjuicios pedagógicos; y además eso es lo que exige la ley (artículo 13 de la Ley de Normalización Lingüística), aunque la Xunta no lo está cumpliendo.
Cada gallego de UPyD piensa, habla, lee, escribe y canta en el idioma que quiere; y ser gallego hablante o castellano hablante no le hace mejor o peor gallego, ni mejor o peor persona, ni mejor o peor afiliado de UPyD. En este Partido no lucharemos nunca a favor de ningún idioma (que es un conjunto mudable de signos y significados, derivado de otros idiomas, que no tiene una personalidad jurídica, y que además no supone ninguna creación intelectual, salvo en el caso del Esperanto); pero siempre lucharemos a favor del gallego: de la libertad de cada gallego para rechazar o aceptar libremente las alternativas que se le ofrecen en cada una de las facetas de su vida, lejos de todo fanatismo y visión única (u oficial) de las cosas.
Hay un hecho importante que es innegable: que todos y cada uno de los gallegos somos gallegos y también somos españoles. A algunos gallegos eso (ser españoles) no les gusta nada. Son muy libres de tener ese sentimiento: pero ningún gallego puede imponer a otro ni sus sentimientos, ni su religión, ni sus siglas políticas ni uno u otro idioma. Con Franco era obligatorio ser católico, ser adicto al régimen y hablar en español: se supone que a estas alturas hemos superado esa época dictatorial. Y en UPyD apostamos por preservar la libertad de los ataques de los fundamentalistas, de los violentos y de los enemigos de la democracia: y los que está tratando de imponer cada vez más un idioma concreto (aunque lo nieguen) lo son. Si usted oye a alguien decir que los de UPyD le queremos restar algún derecho lingüístico a algún gallego, o que estamos en contra del gallego (entendido “gallego” ya como idioma o como universal patrio), puede responderle con seguridad que está equivocado. Pódello dicir de calqueira xeito, en galego ou en castelán: na lingua que lle pete: pero se insiste, teña coidado coa carteira, porque os que queren roubarnos a liberdade é probable que queiran roubarnos tamén o diñeiro.

PD: Este artículo ha sido publicado en Diario Atlántico de Vigo (ver en edición digital).

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