martes, 27 de agosto de 2013

Fusilado el alcalde de Vigo (27 de agosto de 1936).

Hoy 27 de agosto, a las cinco y media de la mañana, ha sido fusilado el que hasta hace unos días era Alcalde de Vigo, don Emilio Martínez Garrido. El asesinato ha sido cometido por los militares de la ciudad que han secundado el alzamiento del general Franco contra el legítimo gobierno de la República.

En el acto de esta tarde a las cinco en el cementerio de Vigo.
Hoy he estado allí, a las cinco de la tarde, en el acto organizado por diversos colectivos, sindicatos y partidos políticos republicanos, de izquierda y nacionalistas... Me he sentido profundamente conmovido, y más identificado que nunca con la bandera tricolor. Me he unido al dolor de todos los presentes y he dejado aflorar el sentimiento de que el injusto y cruel derramamiento de aquella sangre no puede olvidarse nunca: debe ser conocido y asimilado para que nunca más tengamos que vivir episodios similares, y debe ser semilla para la no violencia, para profundizar en el respeto de los derechos humanos y de la libertad, de la convivencia en paz y armonía, de la unión de todos los seres humanos.

Ocurrió por la noche, antes del amanecer. En un lugar junto a la tapia del cementerio de Pereiró de Vigo fueron fusilados nueve ciudadanos. El único delito de ocho de ellos, conocidos políticos de Vigo, fue defender sus ideas y no secundar el golpe militar contra la República. Al día siguiente, el desaparecido diario El Pueblo Gallego, con el único encabezamiento de «Comandancia Militar de Vigo», decía literalmente: «Condenados a la pena de muerte los paisanos don Emilio Martínez Garrido, don Waldo Gil Santostegui, don Enrique Heraclio Botana, don Antonio Bilbatúa Zubeldia, don Apolinar Torres López, don José Antela Conde, don Ramón González Brunet, don Ignacio Seoane Fernández y Manuel Rey, por los consejos de guerra sumarísimos celebrados en esta plaza el día 20 del actual, por el delito de traición; y aprobada la sentencia por la superioridad, previos los trámites legales, a las 5,30 horas del día de hoy han sido pasados por las armas en las inmediaciones del cementerio de Pereiró. De todos ellos sólo aceptó los auxilios de la Religión don Apolinar Torres López. Vigo, 27 de agosto de 1936. El Comandante Militar, Felipe Sánchez».

No eran las cinco en punto de la tarde, ni la herida fue de asta de toro, como en la poesía de Federico García Lorca (otro asesinado por las hordas franquistas en la vorágine de la guerra); pero sí que le pido prestados al poeta los siguientes versos: “Una espuerta de cal ya prevenida (.) Lo demás era muerte y sólo muerte”. “A las cinco de la tarde. ¡Ay qué terribles cinco de la tarde! ¡Eran las cinco en todos los relojes! ¡Eran las cinco en sombra de la tarde!”

Guardad las actas de nuestro proceso -dijo Botana al frente del piquete de fusilamiento-: algún día será revisado y el mundo entero conocerá el crimen que con nosotros se comete. (Galicia Mártir, Buenos Aires 1949, por Hernán Quijano).

Dedico este homenaje a los fusilados: honor y gloria a los mártires.
Continuaremos su lucha por un mundo mejor, más justo y más libre.
In memoriam:

Emilio Martínez Garrido tenía 50 años: era industrial y Alcalde de Vigo. Cuando se produjo la revuelta militar no permitió que los sindicalistas fueran armados, confiando en el Comandante de la Guarnición Militar de Vigo que se declaró a favor de la República. Pensaba que el conflicto se iba a resolver rápidamente a favor del Gobierno legítimo de la República, y quiso evitar el derramamiento de sangre. Pero unos días después el Comandante militar se sumó a los rebeldes franquistas y le detuvo. Me emociona y me duele especialmente pensar en que era el Alcalde de Vigo, máximo responsable de todo el pueblo...
Waldo Gil Santóstegui, de 57 años (en algunos sitios figura como Ubaldo en vez de Waldo). Era un médico muy conocido en Vigo: en 1913 estableció el primer aparato de Rayos X en nuestra ciudad. Miembro del PSOE y de la UGT, fue diputado provincial en 1921. En los años 30 fue concejal y después Teniente de Alcalde de Vigo. Le llamaban “el Pablo Iglesias” de Vigo.
Enrique Heraclio Botana Pérez, Tipógrafo e Impresor, fundador de la UGT en Vigo y presidente de la agrupación socialista de Vigo. Concejal de Vigo por el PSOE y diputado provincial. Tenía 64 años
Antonio Bilbatúa Zubeldía, de 42 años, oficial de telégrafos, militante del PSOE y diputado en Cortes del Frente Popular por la provincia de Pontevedra. Estuvo al lado del alcalde de Lavadores hasta su detención.
Apolinar Torres López, de 42 años, maestro y presidente de la Federación Española de Trabajadores de la Enseñanza (FETE), y presidente de la agrupación socialista de Vigo (Casa del Pueblo).
José Antela Conde, de 36 años, nacido en Teis, industrial, socialista y Alcalde de Lavadores (municipio que años después se fusionó a Vigo). Lavadores era una zona de población trabajadora, que fue donde se refugiaron y armaron los defensores de la República después de que los militares se hicieran con el poder en Vigo: montaron barricadas en los Llorones y en el Calvario, pero en unos días tuvieron que huir o rendirse a los militares franquistas.
Ramón González Brunet, de 50 años. Dirigente de UGT, miembro del PSOE y funcionario de la secretaría de la Casa del Pueblo; concejal de Vigo.
Ignacio Seoane Fernández, de 36 años. Trabajó de panadero y llegó a ser diputado socialista. Estaba enfermo y retirado en su aldea (Cotobade), y no tuvo ninguna intervención en los sucesos de los primeros días, pero fueron a buscarlo a su casa.
Manuel Rey, alias “El Villagarcía”. Era un delincuente común. Le prometieron la libertad si declaraba en falso contra los otros acusados durante el proceso, que fue lo que hizo. Pero al final también le fusilaron.

Esos ocho socialistas, Alcaldes, Concejales y Políticos defensores de la República y del orden Constitucional, fueron detenidos en sus casas los primeros días tras el alzamiento: no opusieron resistencia porque no habían hecho nada malo ni ilegal que les hiciera temer por sus vidas. Antela (el alcalde de Lavadores) se entregó al saber que le buscaban. Fueron encarcelados en la prisión de Vigo (la de la calle Príncipe). No sospechaban que serían víctimas de un Consejo de Guerra que pretendía ser ejemplar, para atemorizar a la población y dejar muy claro que quien no estuviera con Franco y colaborara con el golpe militar sería aniquilado.
Tras fusilarlos antes del amanecer de un día como hoy, hace 77 años, los metieron en féretros, no dejando a sus familias reconocerlos; y fueron a acabar a la fosa común de Pereiró, donde cada año se celebra un acto en su memoria.
Mi espíritu les acompaña, y allí estaré siempre que pueda.

PD1: me dio la impresión de que algunos grupos y personas que participaban ayer en el acto de homenaje al que asistí interpretan que esos mártires lo fueron por la causa de Galicia y de su independencia. Eso no es correcto. Su causa fue mucho más grande, no exclusivista ni nacionalista.

PD2: No me extraña que la Asociación por la Memoria Histórica no quiera juntarse con Abel Caballero para celebrar la efeméride, tanto por el poco caso que el Alcalde les hace en su justa reivindicación sobre la Cruz del Castro, como porque aquellos próceres vigueses asesinados representaban los valores de la democracia, la tolerancia, y la búsqueda del bien del pueblo de Vigo, algo de lo que adolece nuestro actual Alcalde.

lunes, 26 de agosto de 2013

PP y Bildu justifican asesinatos de Franco y de ETA.

No debe haber espacio en la política actual para los que defienden los crímenes del franquismo; y tampoco para los que defienden los crímenes de ETA.
El popular Alcalde de Baralla (Lugo),
que justifica los crímenes de Franco.
El Alcalde de Baralla (Lugo) dijo que los que fueron condenados a muerte por Franco se lo merecían (ver). Ante la lluvia de críticas, ha pedido perdón. Muchos pensamos que no puede ser perdonado si no dimite. Y creo que la mayoría de los votantes del PP opinan lo mismo. Pero Feijóo y los dirigentes del PP no quieren que dimita.
Ninguna persona que honre la verdad puede negar que Franco fue un Dictador, aunque disfrazó su tiranía con apariencia de democracia. Franco hacía en España lo que quería, y controlaba la justicia civil y militar sin las mínimas garantías y sin respeto por la verdad. Y nadie se atrevía a criticarle, por miedo a las represalias. Protegía a sus amigos y a los poderosos, y se cebaba con los que discrepaban y con muchos inocentes. Su Régimen tenía una selecta policía secreta, y muchos efectivos adictos al franquismo, que se encargaban de que se cumpliera su máxima voluntad: amparados por la impunidad que les proporcionaba la dictadura, cometieron muchos abusos. Aparte de los asesinatos, fueron muchos los perseguidos, amenazados, apartados de sus familias, purgados, exiliados, encarcelados, torturados, o hechos desaparecer.
Atentado de ETA en Vic (Barcelona) en 1991:
10 muertos (5 de ellos menores) y 44 heridos.
Tampoco ninguna persona honrada y demócrata podrá negar que ETA es un grupo clandestino de asesinos terroristas; aunque se quieran hacer pasar cínicamente por luchadores a favor de la libertad de un pueblo oprimido. Es una banda de personas sin escrúpulos, dispuestas a matar a cualquiera que discrepe de sus ideas o se oponga a su voluntad, se niegue a pagar el impuesto revolucionario, o simplemente esté allí donde ellos decidían poner una bomba. Los etarras han asesinado a más de 800 personas, muchos de ellos niños; y además han amenazado, extorsionado, secuestrado y torturado a muchos más.
Con la democracia, la sociedad juzgó y condenó a Franco; y en España ya a nadie se le ocurre aprobar, justificar o disculpar lo que hizo. Y si alguien se le ocurre hacerlo, la sociedad no se lo permite. Sin embargo en Euskadi varios grupos políticos justifican en mayor o menor medida la actividad de ETA y de los etarras, que en vez de esconderse avergonzados presumen de sus crímenes, encubiertos y refugiados en Bildu y en otros grupos batasunos.
¿Alguien se imagina al PP pidiendo que se vuelva a dar el nombre de Franco a calles y plazas, o que se repongan sus estatuas o los símbolos franquistas en nuestras ciudades? ¿Sería concebible que el PP de Euskadi pidiera que se haga un monumento a la Legión Cóndor, la fuerza aérea alemana que acudió en ayuda de Franco y bombardeó Gernika? Pues igual de inimaginable y de inaceptable (y sin embargo ocurre) es que el Ayuntamiento de San Sebastián (controlado por Bildu) otorgue la medalla de la ciudad a uno de los fundadores de ETA; o que en el folleto de las fiestas de Gernika salgan fotos de etarras y se les elogie; o que el ayuntamiento de Llodio (también gobernado por Bildu) se invite a un etarra encarcelado a pronunciar el pregón de las fiestas, o que se otorgue el mayor protagonismo (como Txupinera) en las fiestas de Bilbao (ayuntamiento del PNV) a una dirigente abertzale vinculada con asociaciones del entorno de ETA.
¿Se imagina alguien que el Alcalde de Baralla pudiera pedir que se les concediera una distinción honorífica a los franquistas que asesinaron a Alexandre BóvedaEstoy intrigado por saber qué es lo que piensa ese Alcalde del PP que hizo nuestro admirado mártir para merecer la muerte.
Retirada de una estatua de Franco.
El franquismo está socialmente superado en España, aunque al PP gallego le ha salido un grano en Baralla que tiene que curar (siendo imprescindible que su causante desaparezca del mapa político). Sin embargo en Euskadi tienen un problema ético de primera magnitud: Bildu y el resto de grupos que aplauden a los etarras controlan y chantajean a la sociedad vasca con la amenaza del regreso de la violencia: 'o nos dejáis hacer lo que queramos, o ETA volverá a matar'. Y así, los enemigos de la democracia se están haciendo con el poder.

Espero que los vascos sean pronto capaces de recuperar su libertad y de rechazar socialmente, sin miedo ni vergüenza, a los asesinos de ETA y a todos sus encubridores y defensores. Mientras tanto, hay que aplicar leyes que defiendan la verdad, la justicia y la democracia contra los que enaltecen y encubren la violencia y el terrorismo, justificando los asesinatos, vejando a las víctimas, amenazando a los demás... sin complejos.
Hoy se sienten orgullosos Gudaris (guerreros vascos).
Pero la historia les pondrá en su lugar, como enemigos de la paz y de la sociedad y como crueles asesinos.
Y serán rechazados como lo son los nazis, los franquistas, los pederastas...
Hay que trabajar para que ese día, que sin duda llegará, llegue pronto.

Este artículo ha sido publicado hoy en Atlántico Diario de Vigo.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Cortar árboles es deshumanizar.

Carta publicada hoy en Faro de Vigo (Ver en edición digital):

Cortar árboles es deshumanizar.
¿Cómo pueden tener la desfachatez de llamarlo “humanizaciones”? Los seres humanos somos más humanos si respetamos al planeta y a los demás seres vivos.
Zamáns es la parroquia más rural de Vigo. Los que vivimos en esta parroquia hemos elegido vivir en el campo, estamos acostumbrados a convivir con rebaños de ovejas, caballos, cabras, y tractores… amamos este sitio y esta manera de vivir. No queremos árboles en macetas, no queremos bonsáis, ni a la naturaleza encorsetada. No queremos que transformen Zamáns en un trozo de una ciudad moderna: queremos preservar la riqueza rural, el encanto y la tranquilidad de vivir en este paraíso…
Pero el señor Alcalde se ha negado a mantener los árboles de nuestra plaza, en contra de la voluntad de los vecinos (según se votó en la última asamblea oficial celebrada por la Asociación), y se ha empeñado en poner losetas de granito (que no pegan ni con cola), reducir al mínimo los aparcamientos (complicándonos la vida, las fiestas y los funerales), y en lo que nos parece más grave: en cargarse los centenarios y majestuosos árboles de la plaza de la Iglesia. Unos árboles que han acompañado la vida de varias generaciones de zamananses, inspirando sosiego con su lento crecimiento, y transmitiéndonos paz y esperanza con su longevidad. Unos árboles que serían considerados unos tesoros por cualquier persona que habite de una urbe moderna.
Si el Alcalde pretendía que cada vez que estemos en nuestra plaza nos acordemos de él, lo ha conseguido; pero será con amargura y con tristeza: con la profunda tristeza que casi nos ha llevado al llanto a esta familia, que con esta carta expresa su sentimiento, al pasar esta tarde por nuestra plaza y ver como ya habían cortado al primero de esos grandes árboles. Ya nunca podrá devolvernos a los vecinos la herencia que nuestros ancestros y la naturaleza nos habían legado: los árboles de la plaza de la Iglesia de San Mamede de Zamáns.
Familia Larrauri Suárez (Pedro, Dácil, Aaruni y Althea). Zamáns - Vigo.


Comienza el arboricidio llevado a cabo por el Ayuntamiento de Vigo en Zamáns: foto del 19.8.2013.

Carta: Humanizaciones en Zamáns, ¿sí o no?
Artículo previo en mi blog:
http://pedrolarrauricandidatoupydvigo.blogspot.com.es/2013/05/los-vecinos-de-zamans-vigo-rechazan-que.html

domingo, 18 de agosto de 2013

Héroes independentistas que no existieron, en una Euskadi que nunca fue independiente. Propaganda antiespañola en Gaztelugatxe (3 de 3).

Cientos de turistas visitan a diario Gaztelugatxe.
El último episodio relatado en la información que se ofrece al turista que visita Gaztelugatxe presenta como real lo que no pasa de ser una leyenda local, deformando interesadamente los hechos históricos, ridiculizando al Rey de Castilla.
Dice así el final del texto del panel informativo de bronce que estoy comentando (ver abajo enlace a las 2 entradas previas), situada en el arranque del puente a Gaztelugatxe: “Las siguientes referencias que mencionan al castillo nos llevan a 1334 cuando este lugar sirvió de refugio para algunos nobles vizcaínos seguidores de Juan Núñez de Lara que se enfrentaron al Rey de Castilla Alfonso XI. Entre ellos los bermeanos Juan de Mendoza y Martín de Aróstegui, los cuales resistieron durante más de un mes los ataques del rey castellano, e hicieron batirse en retirada a las tropas del mismo.
Una vez que se superan los 237 escalones y se llega a la cima, se debe tocar la campana de la Iglesia, tal como manda la tradición (unos dicen 13 veces, y otros sólo tres); y tras descansar un rato contemplando la belleza de la agreste costa vizcaína y la majestuosidad del mar cantábrico, el turista interesado puede leer un panel de cerámica (ver siguiente foto), situado en la pared sur de la Iglesia de San Juan, que aumenta la información (y la manipulación). Uno de los párrafos abunda sobre el tema, y dice así: “El año 1334 el rey castellano Alfonso XI intentó usurpar el señorío de Bizkaia a D. Juan Núñez de Lara, que se sublevó haciéndose fuerte en el peñón de Gaztelugatxe. El rey castellano lo cercó entre los meses de junio y julio. No pudiendo derrotar a los rebeldes firmó un armisticio con los mismos y retiró finalmente sus tropas.”

Vamos a repasar la historia dejando en evidencia la manipulación y falsedades que contienen esas informaciones.
Imagen del texto de la cerámica colocada en
 la pared  exterior de la Iglesia de San Juan de Gaztelugatxe.
En 1334 María Díaz de Haro, décima Señora de Vizcaya, renunció a su cargo y se retiró a un convento. Aunque el Señorío jurídicamente no era hereditario, en la práctica y por costumbre el Rey de Castilla confirmaba su transferencia al legítimo heredero, que en este caso era la nieta homónima, María Díaz de Haro, llamada María "la segunda".
Pero el Rey de Castilla Alfonso XI no quiso conceder el Señorío a esa dama, y retuvo el título y cargo de Señor de Vizcaya en su posesión, a lo que tenía derecho (ya que el Señor representaba al Rey y actuaba en su nombre). El motivo para tomar esa decisión fue que la heredera del Señorío ésta estaba casada con Juan Núñez de Lara, magnate castellano enemigo declarado del Rey, y cabecilla junto con el Conde don Juan Manuel de las intrigas y guerras internas que asolaban al reino de Castilla, fomentadas por los reyes de Aragón y de Portugal.
El rey Alfonso XI pactó una tregua con los musulmanes e inició una campaña para pacificar su reino y acabar con los nobles rebeldes. Tras hacer huir a ambos cabecillas, decidió dirigirse a Vizcaya para hacer jurar vasallaje a los nobles que se habían mostrado partidarios de restituir el señorío a María Díaz de Haro II (que estaba refugiada en Francia): pasó por Orduña, Bilbao, Bermeo y Guernica; y los nobles e hidalgos recibieron y honraron a Alfonso XI como Señor. El rey decidió instalarse en Bermeo, donde las autoridades de la villa le acogieron y le pidieron que no tomara represalias, a lo que el rey accedió; pero sabedor de que algunos caballeros partidarios de María Díaz de Haro II (y por lo tanto del principal enemigo del Rey, Juan Nuñez de Lara) se negaban a presentarse ante él y se habían refugiado en algunos castillos y ermitas (la crónica de Alfonso XI cita cuatro lugares, pero otras crónicas dicen que sólo fue en el castillo de Unceta), mandó a sus tropas cercar el asentamiento de rebeldes más cercano, que era “la peña de San Juan”, situada a dos leguas de la villa marinera. Se inició el sitio, vigilando los soldados del Rey el acceso a la Isla que ahora se conoce como Gaztelugatxe. Al rey Alfonso XI tampoco le interesaba derramar sangre en Vizcaya, y cuando llevaba un mes en Bermeo supo que los magnates rebeldes estaban causando daños en sus posesiones en tierras de Castilla, y especialmente Juan Núñez de Lara que se había refugiado en la fortaleza de Lerma. Entonces Alfonso levantó sus reales y se fue a Burgos, dejando una guarnición en Bermeo con la misión de construir una muralla y de vigilar a los rebeldes refugiados por los montes. Tiempo después el Rey Alfonso XI venció a Juan Nuñez de Lara en Lerma y le obligó a someterse y a entregarle rehenes y castillos: y tras recibir su juramento de fidelidad, Alfonso XI dejó de usar el título de Señor de Vizcaya, otorgando a María Díaz de Haro el Señorío de Vizcaya; Juan Núñez de Lara pasó a ser Señor consorte de Vizcaya y a partir de entonces fue un gran colaborador de Alfonso XI, distinguiéndose con sus mesnadas vizcaínas en la famosa batalla del Salado (1340) y recibiendo los títulos de Alférez del Rey y de Mayordomo Mayor del Rey.
Los nombres de los dos bermeanos que según la información que se ofrece a los visitantes estaban entre los guarecidos en Gaztelugatxe que derrotaron e hicieron huir a las tropas castellanas, Juan de Mendoza y Martín de Arístegui, son un invento de algún escritor creador o confirmador de mitos locales: he buscado sin encontrar referencia alguna antigua y fidedigna de esos dos personajes (los hallazgos apuntan a que no son personajes reales, pues no se mencionan entre los ancestros de esos apellidos) (Si alguien tiene información al respecto, agradeceré conocerla para rectificar si estoy equivocado).
Escalera, puente y costa, desde la cima.
Y cualquiera que haya bajado por la abrupta pendiente desde el aparcamiento del Caserío Eneperi hasta el puente que se asienta en las rocas (ver foto), y tenga un mínimo sentido crítico, se dará cuenta de que no es imaginable un asedio militar en ese lugar, un cerco prolongado dos meses, como nos quieren hacer creer.
La cerámica de la pared de la iglesia actual reconoce y ratifica de algún a manera (es una confesión probablemente involuntaria) toda la manipulación que se lleva a cabo desde el nacionalismo. Se puede leer en ella (refiriéndose a Gaztelugatxe): “Los escritores románticos del s. XIX, coincidiendo con el nacimiento del nacionalismo vasco, lo reivindicaron como un símbolo de la soberanía nacional, rememorando la heroica defensa que desde lo alto del peñón se hizo de la independencia de Vizcaya.” Fin de la cita.
Es mentira que se pretendiera la independencia de Vizcaya. Pero los nacionalistas, organizados como una estructura que controla los resortes de todo el poder político y económico vasco, manejan a su interés la educación y la cultura en esa parte de España. Ya no sólo comen el coco a los niños que estudian en Euskadi; también pretenden hacerlo con los turistas que lo visitan, como hemos visto.
La confesión nacionalista, en el párrafo central.
Tienen todo el derecho del mundo a defender sus ideas políticas y a tratar de alcanzar la independencia. Pero deben hacerlo por vías democráticas, sin permitir ni encubrir la violencia en ningún grado, y sin engañar a los ciudadanos faltando a la verdad.

Pienso que los españoles que estamos en contra de la fragmentación de España y a favor de su unión, y de la Unión Europea y mundial, de la desaparición de las fronteras..., debemos insistir en la difusión de la verdad y en la educación de las nuevas generaciones, echando por tierra las falsedades históricas, refutando las falsas teorías de que son países invadidos que deben luchar contra enemigos opresores y traidores, y acabar también con el exclusivismo intolerante y xenófobo (rechazo y hostilidad al extranjero), recuperando la libertad de expresión que tienen secuestrada (en el País Vasco y en otros sitios) con el arma del pensamiento único y de las amenazas hacia los que no están del lado de las teorías nacionalistas y antiespañolas. Hay que curar a la sociedad y a cada individuo infectado que asume creencias fundamentalistas, que desprecian el principio de la radical igualdad de todos los seres humanos, independientemente del lugar de nacimiento o de residencia, de su idioma habitual, de sus opciones o condiciones…

Entradas previas sobre la información nacionalista que se ofrece en Gaztelugatxe:
1 de 3: http://pedrolarrauricandidatoupydvigo.blogspot.com.es/2013/08/nacionalismo-vasco-y-manipulacion-de-la.html
2 de 3: http://pedrolarrauricandidatoupydvigo.blogspot.com.es/2013/08/la-falsa-historia-de-una-euskadi.html

La falsa historia de una Euskadi independiente que fue invadida a traición. Propaganda antiespañola en Gaztelugatxe (2 de 3).

La segunda parte (ver entrada anterior) del texto pro-nacionalista que se ofrece a los visitantes a Gaztelugatxe dice así: “En el año 1200 los territorios del Duranguesado, Guipúzcoa y Araba fueron conquistados por el Rey Alfonso VIII de Castilla al Rey Sancho VII el Fuerte de Navarra vulnerando los tratados firmados en 1176 entre ambos reinos”.
Panel informativo junto a la cruz, con la ermita al fondo.
En ese texto se da a entender que Gaztelugatxe pertenecía a Navarra hasta el año 1200, fecha en la que fue conquistada por el Rey de Castilla, que actuó de manera vil y traidora incumpliendo los tratados de paz que había firmado.
Eso es falso.
Además se comete una incongruencia al ofrecer esa información al turista que visita ese lugar, porque Gaztelugatxe ni siquiera se encuentra entre los territorios citados (Duranguesado, Guipúzcoa o Álava), sino en la llamada Vizcaya nuclear, un territorio que antes del año 1200 pertenecía sin ninguna duda a Castilla. Repasemos la Historia:
El reino de Pamplona, que a finales del siglo XI estuvo a punto de desaparecer al ser incorporado al de Aragón, consiguió su restauración el año 1135, gracias al apoyo del Rey de Castilla, aunque a cambio de vasallaje.
Al morir en 1158 el rey de Castilla y pasar la corona a Alfonso VIII, que sólo contaba con tres años, el Rey Sancho VI de Pamplona pretendió desligarse de su sometimiento a Castilla: pasó a denominarse Rey de Navarra, pactó con los aragoneses, y ofreció prebendas a los nobles y ricoshombres de los tres territorios vascongados para que optaran por su bando. Sintiéndose superior a Castilla, incumplió su compromiso de vasallaje, atacando Castilla el año 1162, invadiendo la Rioja, y ocupando bastantes plazas y castillos en territorios vascos. Tras cinco años de guerra se firmó una tregua. Pero cuando en 1175 Alfonso VIII de Castilla alcanzó la mayoría de edad, se sintió fuerte y declaró la guerra a Navarra, alegando las injustas agresiones sufridas y reclamando la vuelta al vasallaje de los navarros. La superioridad castellana fue clara. La  noble familia de los Haro, señores de Vizcaya, fueron los principales adalides del Rey Alfonso en esa guerra fronteriza, en la que Castilla llego a tomar Guipúzcoa por el norte.
Pero Alfonso VIII de Castilla no pudo completar la reconquista del Duranguesado y se vio obligado a abandonar la guerra contra Navarra para concentrar sus esfuerzos en la frontera sur de su reino, debido a la seria amenaza que suponía la invasión desde África de los musulmanes Almohades. En las negociaciones de paz entre Castilla y Navarra celebradas en 1176 en Logroño intervino como mediador el Rey de Inglaterra. Navarra exigió un pago anual a cambio de la tregua, a lo que Castilla accedió a regañadientes.
En abril de 1179 ambos reinos firmaron un tratado de paz, fijando las fronteras: gran parte de Álava, Guipúzcoa y el Duranguesado quedaban para Navarra, que tuvo que devolver las plazas de Rioja que todavía ocupaba; casi toda Vizcaya (incluida la costa de Bermeo, donde está Gaztelugatxe) y el oeste de Álava seguían en posesión de Castilla; los reyes se comprometían a respetar las heredades de los Nobles de ambos reinos sin incorporarlas a su realengo (dominio del rey); y por último el Rey Alfonso de Castilla renunciaba a reclamar el vasallaje de Sancho, reconociéndose la plena soberanía del Reino de Navarra.
Con el paso de los años, las actuaciones del Rey Sancho de Navarra en los territorios vascongados causaron una creciente desafección en la población y en la nobleza: ese rey pretendió aumentar el control directo en los nuevos núcleos urbanos que fue creando (San Sebastián, Vitoria, c1180), enviando a sus Tenentes navarros a gobernar, en detrimento del poder de los nobles vascos, quienes protestaron alegando que las medidas del Rey navarro lesionaban sus derechos reconocidos en el tratado de 1179. Como ejemplo, Juan Vela, Tenente de Álava que cuidaba en esas tierras por los intereses de Sancho el Navarro, se sometió con toda su familia al dominio del Rey de Castilla.
En 1195 se recrudeció el peligro de los Almohades, que derrotaron al ejército castellano en la batalla de Alarcos, mostrándose dispuestos a ocupar toda la península Ibérica. El Rey de Castilla se alió con el de Aragón y pidió ayuda al nuevo Rey de Navarra, Sancho VII: pero éste pactó con el Califa Yusuf y empezó a hostigar a Castilla en sus fronteras a cambio de recibir de los almohades una gran suma de dinero anual. El Papa Celestino III intervino dirigiéndole una bula a Sancho de Navarra, y consiguió una paz efímera entre los “regibus ispaniarum”, los “reyes de las Españas”, entre los que estaba el de Navarra.
Al ceder la presión de los Almohades, Alfonso VIII de Castilla pactó con Aragón y con los nobles alaveses, acusando a Navarra de incumplir sus pactos (y declarando por tanto nulo el tratado firmado en 1179) y de aliarse con los sarracenos almohades. El legado papal excomulgó al Rey Sancho VII de Navarra, y en 1198 su reino fue invadida por dos ejércitos: el de Castilla y el de Aragón. El rey de Navarra, viéndose en apuros, pactó la paz con Aragón y viajó a Sevilla a pedir ayuda a los Almohades, solicitándoles que atacaran a Castilla; pero las disputas dinásticas internas de los musulmanes (por la muerte de Yusuf en 1199) impidieron que consiguiera un apoyo efectivo. Alfonso VIII controló fácilmente los territorios vascos que todavía no eran suyos, sin encontrar apenas resistencia salvo en Vitoria, ciudad que fue tomada en enero de 1200 tras un asedio. Los nobles vascos se adhirieron voluntariamente al soberano Castellano, quien pactó con ellos respetar sus posesiones y heredades, tal como había firmado en 1179 (al contrario de como había hecho el Rey de Navarra). Alfonso VIII veía así comunicadas por tierra sus posesiones peninsulares con Francia y con el Ducado de Gascuña (al norte de Navarra, que incluía lo que ahora se conoce como País Vascofrancés), del que era soberano consorte a raíz de su matrimonio con Leonor de Plantagenet (hija de los Reyes de Inglaterra y de Aquitania).
Referencia: historia de Navarra en mapas.
Gaztelugatxe está junto al cabo Machichaco,
el punto más al norte de la costa vasca
(se ve en el mapa, pero no está señalado).
En marzo de 1201 se estableció por fin la paz entre Castilla y Navarra, que fijaba las fronteras casi definitivas entre ambos reinos: prácticamente coinciden con las actuales entre Comunidades Autónomas, y sólo se modificaron un poco en 1212, cuando Alfonso VIII donó varios castillos fronterizos a Navarra en agradecimiento por la valiosa ayuda prestada por los navarros en la batalla de las Navas de Tolosa, en la que todos los reinos cristianos unidos acabaron definitivamente con la hegemonía de los musulmanes en la península. El control de los territorios de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava fue encomendado por el soberano castellano al Señor de Vizcaya, Diego López II deHaro.
En ningún momento de la historia la nobleza vascongada pretendió alcanzar un poder soberano, sino que siempre se consideraron vasallos, pasando de obedecer a un rey a obedecer a otro con ciertas condiciones, como era frecuente hacerlo en España y en toda la Europa Occidental. Eso lo afirma el experto Luis Javier Fortún, en la pág. 484 de su trabajo publicado en la Revista Internacional de Estudios Vascos el año 2000: Ver.

sábado, 17 de agosto de 2013

Nacionalismo vasco y manipulación de la historia. Propaganda antiespañola en Gaztelugatxe, Euskadi (1 de 3).

   Pocos sitios de España ofrecen una belleza tan impactante y espectacular como Gaztelugatxe. Es un agreste y majestuoso islote batido por el mar, junto al cabo Machichaco, en el término municipal de Bermeo, en Vizcaya. El peñón está comunicado por tierra por un puente levantado sobre las rocas de la costa, y una empinada escalera lleva hasta la cima, donde en 1980 se construyó una pequeña iglesia. No queda ningún resto de las ruinas de la antigua ermita, dedicada desde sus orígenes a San Juan Bautista.
   Las personas que visitan el lugar (entre las cuales me he contado estos días) se encuentran, antes de cruzar el puente, con un panel informativo que ofrece un texto en euskera, castellano y otros idiomas. Me consta que ese panel no estaba ahí hace 5 años. La impresión que le queda a un turista tras leerlo es que ese lugar, Gaztelugatxe, era una posesión de Navarra, que fue regentada después por el Señor de Bizcaya, pero que en el año 1200 fue conquistada por el ejército del Rey de Castilla, quien actuó indigna y traidoramente, vulnerando los tratados que había firmado con Navarra; la sublevación y la lucha de los vizcaínos contra la opresión de los castellanos perduró en el tiempo, y en el siglo XIV en el castillo de Gaztelugatxe un grupo de nobles vascos resistieron y se enfrentaron heroicamente al rey de Castilla, que al final tuvo que batirse en retirada con sus tropas.
   Después de documentarme, voy a exponer mis comentarios críticos referentes al texto que figura en ese panel (que muestro fotografiado abajo). Y acuso a los autores y a las autoridades responsables de su colocación (políticos nacionalistas vascos) de falsedad y de sesgo antiespañol (o anticastellano, ya que se empeñan en identificar Castilla con España), siendo éste un claro ejemplo de la manipulación de la realidad y de la historia que suelen hacer los nacionalistas.
   La primera parte de la placa informativa dice textualmente: “La existencia de un castillo viene documentada en el año 1053, durante el reinado del Rey de Navarra García III, hijo de Sancho III el Mayor, cuando a través del tenente Eneko Lupiz y su mujer Toda se dona Gaztelugatxe, entonces llamado Sancti Johanis de Castiello al monasterio de San Juan de la Peña en Aragón. La siguiente mención nos llevará a 1172 por una donación esta vez por el Señor de Bizcaia Lope Díaz de Haro a la orden de Santa María de la Vid en Castilla.
   La frase inicial es incorrecta, ya que se afirma que queda documenta la existencia de un castillo, lo que no es cierto. Lo único que se puede deducir es la existencia de una ermita o construcción religiosa con entidad jurídica, ya que el documento que se cita, fechado efectivamente en 1053 y escrito en latín, da fe de la donación al monasterio aragonés de San Juan de la Peña de unas posesiones que pertenecían a ese lugar, denominado “Sancti Iohannis de Castiello, quod est in territorio de Bakio, et alia parte de Bermeio” (ver texto, nº 22 del enlace); en aquella época las Iglesias y Ermitas disponían de beneficios o bienes donados por los fieles, pero no así los castillos; más adelante, en el mismo documento, también se da fe de la donación de otras heredades pertenecientes a otras Iglesias y Ermitas que se citan. Nunca se ha documentado la existencia de un castillo en Gaztelugatxe: algo lógico además dada la imposibilidad de acceder con caballos o la dificultad para proveer agua y suministros a una hipotética guarnición.
   En el mismo párrafo se dice que aquel documento se expidió reinando el Rey de Navarra García III: eso no es verdad, pues en esas fechas no existía el Reino de Navarra, y García Sánchez III, apodado "el de Nájera" tenía el título de "Rey de Pamplona y de Nájera" (ciudad esta situada en la actual Rioja, donde el Rey instaló su Corte). Si bien parece cierto que ese Rey fue el soberano de esas tierras durante un periodo de ese siglo XI, fue en un contexto de disputas y guerras por su dominio.
   Las primeras referencias sobre los territorios vascongados tras el inicio de la reconquista indican su sometimiento al reino de Asturias (posteriormente de León). Todo parece indicar que la autoridad real en esos lugares se ejercía a través de Nobles que eran nombrados Tenentes o Señores (Ver referencia) por los Reyes. El dominio real de todos esos territorios estuvo oscilando durante años entre reyes de León (y de Castilla) y de Pamplona. Pero en el caso concreto de Vizcaya (que es donde están Bakio y Bermeo, y por ende Gaztelugatxe) los pocos documentos existentes demuestran que los primeros siglos desde el comienzo de la reconquista Vizcaya estuvo relacionada con los reyes asturleoneses y con los condes de Castilla (posteriormente reyes), y que nunca tuvo un poder independiente de ellos; y eclesiásticamente Vizcaya siempre dependió de Obispados de Castilla (sobre todo del de Calahorra, también de Valpuesta que después se trasladó a Burgos), y nunca del de Pamplona (y recordemos que los Obispos estaban integrados en la Corte de un determinado Rey).
   El año 1029 asesinaron al Conde de Castilla, y su única hermana, llamada Doña Mayor, heredó ese Condado de Castilla. Doña Mayor estaba casada con Sancho III el Mayor de Pamplona (también citado en la placa de Gaztelugatxe), quien como Conde consorte pasó a dominar los territorios del condado castellano, incluiyendo Vizcaya y Álava. Sancho III se convirtió en el siglo XI en el rey cristiano más poderoso de la península, y empezó a usar en sus diplomas el título de Emperador de España. Cuando Sancho III murió, en 1035 (siendo enterrado en Oña (Burgos) ostentando el título de “Sancius, Gratia Dei, Hispaniarum Rex”: Sancho por la gracia de Dios Rey de las Españas), dejó a su hijo mayor, García III (el mencionado en la placa) el "reino de Pamplona y de Nájera"; mientras que en su hijo segundo, Fernando, recayó la herencia del Condado de Castilla (que seguía sometido a la corona de León). Dos años después  murió el Rey de León, y entonces Fernando, conde de Castilla, que estaba casado con la única hermana del rey leonés, fue coronado como Rey de León, reafirmando su pleno poder sobre todos los territorios de Castilla. Comenzó a continuación una guerra fronteriza entre los hermanos reyes de Pamplona y de Castilla, disputándose ambos la soberanía de los territorios que hoy constituyen Euskadi. En esa guerra, el año 1054, García III murió luchando contra su hermano Fernando I en la batalla de Atapuerca (cerca de Burgos). Comenzó entonces un periodo de indiscutible preeminencia en toda la España cristiana de Fernando I de León y Castilla, que se hizo con el poder efectivo en todos los territorios vascongados (actual Euskadi) y sometió a vasallaje al nuevo Rey de Pamplona, Sancho Garcés IV.
   Durante los años que duraron esos conflictos fronterizos (desde 1035)  los nobles vascos se debieron decantar en diversos pactos de vasallaje por uno u otro rey; pero en ningún sitio hay constancia de que quisieran o intentaran desligarse del yugo soberano de Pamplona o de Castilla. El propio Enneco Lopiz (ese es el nombre exacto con el que aparece en el documento de 1053 que cita la placa de Gaztelugatxe (ver Ref, nº 22), aunque su nombre es manipulado y citado en la placa como Eneko Lupiz), había sido destinado por el Rey de Pamplona (que en esa época disputaba el poder frente al rey de León y Castilla) como Tenente del Duranguesado y de Vizcaya (aunque no de todo el territorio actual de esa provincia): se le considera el primer Señor de Vizcaya, apareciendo como tal a partir de 1043, sobre todo en documentos de San Millán (Burgos); pero al final de sus días Enneco aparece en documentos como Tenente de todos los territorios vascos sometido al hijo de Fernando I, el rey de Castilla Alfonso VI, quien confirma sus decretos; y es ese mismo Rey Alfonso VI quien en 1076 nombra al hijo de Enneco, Lope Iñiguez, segundo señor de Vizcaya, y también Señor de Nájera (importante ciudad que pertenecía antes a Pamplona pero que se incorpora a la corona de Castilla).
   (Una curiosidad: el nombre Eneco procede del latín “únicus”, con el significado de hijo único o primero. Ese nombre y sus variantes (Enego, Enecho...) aparece con mucha frecuencia por toda España en documentos de la época. En 1057 murió el Abad Enneco de Oña, nacido en Calatayud, que había sido consejero de Sancho el Mayor y que fue canonizado en 1259. Nos encontramos también a un Enneco que fue Obispo de Avila, a Enneco Sanz como guardián de la orden del Temple, incluso un Énnec Abad de Ripoll en Catalunya… Parece claro que el origen del nombre Eneco (castellanizado como Iñigo), y su variante en euskera Eneko, es latino; aunque la Academia de la Lengua Vasca afirme que su etimología deviene del vasco “Ene” (= mi, mío) y el sufijo “-Ko” (partícula diminutiva), significando “Mi (hijo) Pequeñito").
   Para terminar esta primera parte de mis comentarios, un apunte sobre el topónimo "Gaztelugatxe": el texto comentado deja claro que en el siglo XI ese lugar se llamaba Sancti Johanis de Castiello. En documentos posteriores (escritos en castellano primitivo) aparece como San Juan de la Peña. No he conseguido encontrar registros del topónimo Gaztelugatxe hasta el siglo XX (si existen, agradecería información): ese término es un invento del siglo XX, un neologismo de los creadores del Euskara-batua, el idioma oficial vasco, creado no por intereses culturales (de hecho están acabando con la diversidad de hablas euskaras, en su momento defendida por el vizcaitarra Sabino Arana) sino por criterios políticos nacionalistas. Los primeros nacionalistas vascos juntaron dos palabras en euskera: Gaztelu (castillo) y -aitz (peña, o duro) para formar Gaztelugatxe, "peña del castillo".
Foto de la placa informativa que han puesto en Gaztelugatxe, cuyo texto se comenta y critica.
Referencia: historia de Pamplona y Navarra en mapas.

Continua en las dos entradas siguientes:
2 de 3: La falsa historia de una Euskadi independiente que fue invadida a traición.
3 de 3: Héroes independentista que no existieron, en una Euskadi que nunca fue independiente