martes, 18 de julio de 2017

Con Juego de Tronos arreglamos el problema de Cataluña.

   Nos vale Juego de Tronos o cualquier otra saga ficticia o histórica que vaya sobre disputas de poder.
   Cuando un Rey tenía noticia de que un grupo de nobles discutía su poder o preparaba una revuelta, sin perder tiempo convocaba a todos los poderosos de su reino y les obligaba a renovar su sumisión, votos o rendición de pleitesía... Y a veces aprovechaba el evento para cargarse a los cabecillas de la revolución...
   Sin ir más lejos Ramiro II el Monje, Rey de Aragón y suegro del Conde de Barcelona convocó a doce nobles desobedientes con la excusa de hacer una gran campana, y cuando llegaron a su palacio de Huesca les cortó la cabeza (y por ello ese rey fue apodado "el Rey Campana").

(Voy a contratar de asesor
a Tyrion Lannister...)
   Sin llegar a tales extremos, lo tienen muy fácil el Rey Felipe VI, o el Gobierno de Mariano Rajoy, o el Tribunal Constitucional... Basta emitir un decreto que obligue a todos los cargos públicos a renovar su juramento o promesa de acatar la Constitución, incluyendo la disposición de que quien no lo haga, o quien tras hacerlo incumpla la Ley, será ipso facto destituido del cargo.
   Es inconcebible que ejerzan cargos públicos en España personas que no quieran cumplir las normas del Estado (ver el caso Pere Soler)quien no cumple su deber pierde su derecho.
   "Los sabios no se detienen inertes en gemir sobre sus desgracias, sino que previenen inmediatamente los accidentes que los hacían gemir". Shakespeare, RicardoII.

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