lunes, 2 de marzo de 2015

Tristeza y decepción causada por UPyD. ¿Es posible su resurrección?

(Artículo publicado ayer en Publicoscopia: Ver).

1. Si hace una semana me hubiera despertado tras un letargo de siete años y hubiera leído en Publicoscopia el artículo presentado como “entrevista” a Rosa Díez, estaría feliz de haber encontrado una alternativa política tan maravillosa, y que defiende unas ideas con las que sintonizo tanto…, y sin dudarlo me hubiera afiliado a UPyD, dispuesto a colaborar con ese partido en la regeneración de nuestra democracia y de nuestra sociedad.
Sentado a la izquierda de Rosa Díez,
en un Mitin en Santiago el año 2011.
2. Pero la realidad es otra: he estado despierto todos estos años, y efectivamente me afilié a UPyD el verano de 2009: sus novedosas propuestas y la personalidad de su líder me atrajeron y me convencieron; fui el coordinador local y el candidato a la alcaldía de mi ciudad, la más grande de Galicia, y compartí estrado en varios mítines con Rosa Díez. Trabajé mucho y lo mejor que pude por el partido: primero, totalmente convencido de su virtud; y después, también tratando de arreglar sus defectos: luchado contra lo que descubrí que pasaba dentro... Al principio no podía creerlo, y pensé que Rosa Díez era ajena a todo aquello: pero pronto comprobé que estaba equivocado, y que la líder de UPyD era la máxima responsable de todo aquel funcionamiento interno de amiguismo y corrupción, que resulta incompatible con los principios y los fines de UPyD, por los que había entrado y por los que quería luchar. Lo que viví siendo de UPyD una vez que empecé a presentar mis quejas y denuncias ante los órganos internos del partido (totalmente manejados y dependientes de Rosa y de unos dirigentes a los que califico de falsos y de mafiosos, especialmente Juan Luis Fabo y Elvira García) lo han sufrido también otros muchos afiliados, y a eso se refería el eurodiputado Sosa Wagner cuando el pasado verano criticaba el autoritarismo de UPyD, que conducía, decía él, a la expulsión constante de afiliados o a su sepultura en vida, condenados al ostracismo. Al final, Rosa y sus adláteres me expulsaron de UPyD, en junio de 2014, de forma abusiva, con mentiras e ilegalmente, motivo por el que tendremos que vernos las caras ante la justicia.
3. La entrevista que comento, firmada por Lucía Etxeberría, me ha dado la sensación de ser un publi-reportaje: sesgada a favor de Rosa Díez, y sin tocar algunos temas sensibles que muestran la otra cara de UPyD. Para contrarrestar el perjuicio para nuestra salud democrática que la propaganda engañosa de UPyD puede hacer, he escrito esta réplica, y solicito y agradezco a Publicoscopia que la publique.
4. El primer valor que UPyD presenta como activo (en esa entrevista) es haber invertido mucho tiempo y dinero en querellas, contra Bankia y contra otras instituciones. Sin menospreciar esas actuaciones (que aplaudo), lo que están haciendo en ese partido me lleva a pensar que UPyD tiene una crisis de identidad: no quiere asumir que es un partido político. Rosa ha olvidado hace mucho tiempo que la principal función de un partido es servir de instrumento a los ciudadanos para que participen activamente en política, canalizando los intereses de aquellos que quieran compartir ideas homogéneas y aportar propuestas concretas, permitiéndoles elegir a sus representantes políticos (a los que consideren más capacitados entre todos ellos) para que defiendan sus legítimos intereses de cara a la organización de la sociedad. Por eso, la Constitución Española, en su artículo 6, establece sobre los partidos políticos que “su estructura interna y su funcionamiento deberán ser democráticos”, para impedir que se conviertan en meras plataformas al servicio del líder y para perpetuar a sus cargos directivos. Que es lo que pasa en UPyD.
5. Si realmente lo que le gusta a Rosa y lo que cree que España necesita son denuncias a diestro y siniestro, puede fundar un bufete de abogados, u otro sindicato como Manos Limpias. Muchos pensamos que con esas denuncias UPyD está tratando de compensar su fracaso como partido político, y que se están transformando en una organización “querulante”, esto es, de querellantes patológicos: y sirvan de ejemplos su petición en los juzgados de que se detuviera a todos los voluntarios que participaron en la consulta del 9N en Cataluña; o la denuncia que Rosa puso por el robo de un cartel (en el que ponía “espacio libre de corrupción”), que había puesto en la puerta del despacho de UPyD en el Congreso, aunque sabía que había sido retirado por orden del Presidente de la Cámara, quien tampoco aguanta su petulancia... Hasta el Juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu llegó a criticar a UPyD, reprochándole su afán de obtener notoriedad con sus denuncias…
6. Prueba de su fracaso como partido es que la mayoría de los ciudadanos que en algún momento se afiliaron a UPyD se han ido, profundamente decepcionados por la deriva que tomó la formación. Entre las bajas se cuentan 102 de los 127 miembros fundadores del partido: más del 80%. Y los testimonios de la gran mayoría de los aproximadamente 17.000 ex afiliados son unánimes: UPyD ha degenerado y se ha convertido en una oligarquía despótica, donde un cerrado grupo de poder ha anulado el debate interno, castigando a quien se atreve a exponer la mínima crítica (tenemos muy reciente el caso de Sosa Wagner), y repartiendo cargos y responsabilidades a sus amigos, anteponiendo la sumisión al talento y a la capacidad. Confieso que al leer esa entrevista en Publicoscopia me he sentido realmente triste, porque sigo compartiendo la mayoría de las ideas que UPyD promueve: pero no puedo estar dentro del partido por culpa de Rosa y de los demás dirigentes quienes, aparte de echarme, han secuestrado y adulterado al partido. Por eso no puedo -somos muchos los que no podemos- ni siquiera aconsejar el voto para UPyD.
7. La líder de UPyD trata de ocultar esa cruda realidad, escondiendo su corrupción política interna y metiendo debajo de la alfombra toda la basura que tiene en sus estructuras directivas (puestos solo aptos para sus amigos: recordemos que Rosa se negó a aceptar listas abiertas y expulsó al afiliado que las propuso) y mintiendo sobre el número de ex afiliados (sólo reconoce 9.200). En cualquier caso supone un rotundo fracaso que un partido nacional como UPyD, tras siete años y medio de vida, tenga apenas 5.000 afiliados en activo. Tampoco la realizadora de la entrevista que estoy comentando le preguntó a la líder del partido sobre este particular. ¿Por qué?
8. Para mí, Rosa Díez considera a los ciudadanos que se afilian a UPyD “de usar y tirar”: a los críticos o divergentes, incluso a líderes elegidos por los afiliados, se les purga y machaca, hasta que se hartan y se van, o hasta echarles: los casos de Mikel Buesa y de Sosa Wagner son paradigmáticos, pero hay muchos más… Y Rosa Díez, mostrándose profundamente desagradecida, se atreve a decir que los que se van de UPyD son todos unos indeseables, que habían venido al partido a buscar beneficio propio… Igual de mezquina se muestra cuando afirma en la entrevista que los Medios de Comunicación sólo les sacan para airear “los supuestos escándalos de UPyD: cuando algún afiliado se iba tras perder unas primarias”. Ella sabe que eso es mentira y que la gran mayoría de los que se han ido de UPyD estaban en el partido de buena fe, y que muy pocos se fueron tras perder primarias (salvo quizá los muchos casos denunciados de primarias dirigidas fraudulentamente desde la dirección del partido). Tampoco cuadra con esa explicación de Rosa (que la gente se va cuando no consigue poder) el hecho de que hayan abandonado el partido 22 de los 152 concejales que UPyD consiguió hace menos de 4 años: un record (al menos porcentual) tampoco igualado por ningún otro partido. Y Rosa Díez deja claro con sus declaraciones el victimismo en el que ha caído, cuando afirma que hace un año la prensa (se refiere especialmente a El Mundo) apostó por el bipartidismo y que por eso “sacó del tablero a UPyD”, añadiendo: “y decidieron hablar de nosotros solo para mal”. Pobriña Rosa: le regalaré un paño de lágrimas la próxima vez que la vea.
9. Sobre el tema de la negativa a pactar con Ciudadanos, Rosa Díez vuelve a mentir, afirmando cínicamente que ella fue a negociar con toda sinceridad. Rosa nunca quiso pactar, y lo demostró especialmente en el último Congreso de su Partido, cuando Fernando Savater defendió que había llegado el momento de buscar acuerdos con Ciudadanos: según testimonios de los presentes, el aplauso de los afiliados fue el mayor de todo el Congreso, pero Rosa no aplaudió, ni ella si los que la rodeaban; y después la lider suprema negó que se hubiera tocado el tema durante el Congreso, y dio orden de que se censurara y no se difundiera el vídeo con la intervención del filósofo, considerado fundador ideológico de UPyD.
10. Rosa Díez se está obsesionando con Ciudadanos, y la manía que les tiene es patológica. Llega a decir, hablando de la lucha contra la corrupción que desarrolla UPyD, que en todos los años de vida de Ciudadanos “no han tomado ninguna iniciativa en ese sentido” (contra la corrupción), y afirma que C´s está a la sombra del PP, y que son sus Nuevas Generaciones: ese es el titular de la entrevista. Muy bajo ha caído con sus difamaciones esta vez la señora Díez, y creo que piensa que la gente es tonta: y precisamente, los ciudadanos que dudan entre UPyD y C´s, al leer sus estupideces, se decantarán a favor de Ciudadanos.
11. Rosa Díez desprecia injustamente a Ciudadanos y trata de engañar a los lectores cuando afirma: “Quisimos averiguar si estaban en vías de subsanar las irregularidades que llevaron a Transparencia Internacional (TI) a darles una nota de 3 puntos en el mismo test en el que UPyD obtuvo un 9”. Rosa se muestra ruin al decir eso, pues ella sabe que el famoso estudio de TI no fue objetivo, sino que fue una maniobra de márketing de su partido, ya que en la realización del estudio participaron dos dirigentes de UPyD (algo que desde TI se trató de ocultar, y que ha sido denunciado); pero es que además lo que se valoró en los partidos no suponía ninguna irregularidad (por ejemplo, publicar la biografía de todos los candidatos a las europeas, que se consideró falta de transparencia en C´s y en otros partidos, y que curiosamente UPyD puso en su Web por primera vez para esas elecciones). También miente Rosa Díez al afirmar que rompió negociaciones cuando Albert Rivera propuso la fusión de ambos partidos, atribuyéndole a líder de C´s la frase “o fusión o nada”: qué cara más dura muestra Rosa Díez, atreviéndose a mentir descaradamente. Hasta los afiliados más fanáticos de UPyD, los que la idolatran y defienden todo lo que hace (como los que criticaban a Willy Meller por tener dinero en una Sicav, pero justificaban a Rosa por lo mismo) podrán comprobar que en este caso el refrán es realidad: se coge antes a una menti-Rosa que a un cojo.
12. Casi al final de la entrevista Rosa demuestra que no tiene abuela: reconoce que lleva años en la política, pero dice de sí misma que está limpia como una patena. Podemos contestarle que la corrupción interna que ella permite y alienta dentro de su partido le descalifican como líder de cualquier proyecto político regenerador. Un partido falto de democracia interna, donde la cúpula maneja y manipula las elecciones internas a las que concurren candidatos que no son del gusto de los dirigentes oficialistas, en el que el fin justifica los medios y se toman decisiones contrarias a sus propios estatutos, donde además no se responde a las denuncias que presentan los afiliados que ven violados sus derechos, con unos dirigentes que mienten y protegen a sus propios corruptos (por ejemplo a los dos imputados que tienen, la coordinadora de UPyD de Castilla la Mancha -que además va a ser la candidata en mayo- y un concejal de Alcalá, que son amigos de la cúpula o establishment de UPyD, lo que les otorga impunidad interna), y que no acepta ni reconoce ninguna crítica, no puede regenerar la democracia ni nada que se le parezca.
13. Para colmo, Rosa presume en la entrevista de que en UPyD se ha establecido desde el principio un límite temporal para mantenerse en el mismo cargo. Hay que desvelar que en el último Congreso del partido ella misma y su guardia pretoriana, manipulando las elecciones de delegados (se han denunciado casos de fraude en Pontevedra y en Álava, y listas de enchufados en varios sitios) y la composición de la comisión encargada, consiguieron sacar adelante una modificación de los estatutos por la que se prolonga la duración de ese límite desde 8 hasta 12 años, algo que, como ella misma de alguna manera reconoce, va en contra de los principios del Manifiesto Fundacional. Por esos motivos y por otros similares se fueron y se siguen yendo de UPyD muchos afiliados.
14. Termina Rosa Díez citando a Sánchez Ferlosio para criticar las ideologías (“paquetes de ideas preestablecidos”) y defender las ideas y su variedad (“una misma persona puede juntar varias ideas que se hallan en conflicto unas con otras”), y la veterana política concluye diciendo: “Pues eso, escojamos lo mejor para dar las mejores soluciones a los problemas de la gente. Sin fundamentalismo”. Para mí que no quiere o no es capaz de verse a sí misma con un mínimo de objetividad; porque lo que puede explicar el fracaso de UPyD es que está cayendo en un fundamentalismo ilustrado, y no permiten ninguna idea que no esté en la ortodoxia de la ideología que su grupo de poder presenta como conjunto de ideas oficiales de UPyD... Esa es la razón por la que un ciudadano que de verdad crea en la democracia no puede aguantar mucho tiempo en UPyD: porque no puede respirar el envenenado aire que los dirigentes han impuesto como moneda única para los afiliados: la sumisión al líder y a su proyecto.

15. Por eso miles de ex afiliados que seguimos compartiendo las ideas que UPyD presenta de cara al exterior (y que incluso en algunos casos las preferimos a algunas que plantea Ciudadanos) aseguramos que UPyD es un engañoun fraudeun timo. Por eso nos duele el tiempo que hemos empleado dentro de UPyD, a mayor gloria de una diva que nos atrajo con sus cantos de sirena, para después traicionarnos, insultarnos ydefraudarnos. Por eso vemos con desesperación que un magnífico proyecto en su origen, que pudo haber sido el vertebrador de la Tercera España, se ha convertido en un su principal obstáculo. Pero a pesar de todo eso, de tanta decepción, algunos (de fuera y de dentro de UPyD, especialmente su eurodiputado Enrique Calvet) todavía conservamos una pequeña esperanza en que se produzca un milagro político, y Rosa Díez y sus cómplices se retiren o sean retirados; y UPyD resucite. Porque ya no le bastaría sólo con una regeneración: lo que necesita es una resurrección. Antes de que Rosa Díez lo aniquile irreversiblemente.
La resurrección de UPyD pintada por Rafael.
Los dirigentes que vigilaban se quedan atónitos.
Y después Jesús le dice a Rosa-Magdalena:
Mujer, no llores, vete a decirles a los ciudadanos
esta buena noticia: he vuelto a la vida... todavía
podemos colaborar en forjar la nueva tercera España

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